martes, 3 de abril de 2012

Mitja Marató Montornés…. y Granollers…. y Duatlón por equipos del Prat…. Y muy poca vergüenza

Lo de la vergüenza hace referencia a mi irresponsabilidad a la hora de mantener actualizado este blog… Como viene siendo habitual en estos últimos tiempos, no me queda otra que ir empalmando crónicas en una sola entrada y, aunque tentado de saltarme las ya caducas competiciones de Granollers o la Duatlón por equipos del Prat, dejaré prueba escrita por la gracia de echar mano de ellas cuando explique batallitas cansinas a mis nietos.


Mitja Marató de Granollers (5 de Febrero del 2012)

Tras un sábado para el olvido debido a una migraña que decidió instalarse en lo más profundo de mi cerebro la tarde anterior a la carrera derrotándome en la cama durante más de 5 horas; amanecía un domingo gélido, de esos en los que lo único que apetece es quedarse bajo el edredón viendo pasar el día más allá de la ventana.

La jaqueca había remitido pero el cuerpo aún se comportaba como el motor de un vehículo que ha pasado toda una fría noche en la intemperie.

El termómetro marca algún grado negativo al salir de Terrassa pero, a medida que me acercó a Granollers, el mercurio empieza a subir y mi cuerpo se va desperezando… por fin.

Apurando hasta rozar lo prudencial el confortable y cálido habitáculo del Seat Altea, salgo trotando en dirección al meollo donde hallo hordas de cuerpos enfundados en mallas y coloridas camisetas térmicas, trotando de acá para allá e intentando minimizar el efecto de los pocos grados positivos que se han instalado hoy en la capital del Vallés Oriental.

Se acerca la hora de la salida y me coloco en el cajón correspondiente al color de mi dorsal. Por suerte estoy bastante adelantado y, sumado a que la organización ha decidido sabiamente avanzar la salida a una zona más amplia, este año me ahorraré el zigzagueo de los primeros 500 metros.

No llevo una idea fija acerca del tiempo objetivo, pero calculo que algo cercano a 1h22’ estaría muy bien así que, una vez se da la salida, empiezo a correr por sensaciones a buen ritmo pero reservando.

Muy cómodo llego al primer kilómetro y al tratar de marcar el primer “lap” me doy cuenta que he olvidado poner en marcha el cronómetro… - Vaya! – Presiono entonces el botón “Start” mientras pienso para mis adentros que me va a tocar echar mano de las sumas y restas para calcular el tiempo de llegada.

Escucho a los que van junto a mí que hemos pasado en 3’46 el primer kilómetro… buen ritmo, pues.

Los primeros kilómetros van pasando y las sensaciones son buenas, estoy en el puntito ese de equilibrio entre el sufrimiento y el control, con la impresión de ir reservando energías para la bajada. Este año el circuito ha variado en parte del ascenso, haciéndose más ameno y algo menos duro (según mi parecer).

Sobre el km 6 o 7 llega a mi lado Carlos quien una semana más tarde de sufrir los 42kms de la Maratón de Miami, (si, si, Miami… la gente se busca sitios muy raros para correr), está hablándome a 3’50’’ como el que charla con el vecino en el ascensor.

- Cómo vas?- Me pregunta.
- Pues la verdad es que bien, reservando un poco – Le contesto.

Voy viendo los parciales kilométricos en 3’50- 3’55 y me siento fuerte y animado pasando “ya” por el km8 cuando Carlos, bajo los efectos de su resaca maratoniana (ampollas incluidas), decide rebajar el ritmo y dejarme volar libre al sol y al viento… como canta Extremoduro en “Ama y ensancha el alma”.

A partir del 9 llegan los kilómetros más duros, donde la fatiga se une al desnivel y hay que echar mano de las capacidades mentales para obviar que los ritmos ya rozan el 4 en la pantalla del Garmin… en breve tocará ir de bajada y, como decía mi padre, cuesta abajo hasta la mierda corre.

Por fin llego a la Garriga, donde marco el último kilómetro de subida en 4 pelado y focalizo ya los 10 kms que quedan por delante.

Inicio el descenso y los ritmos vuelven a incrementarse, volviendo a ver los anhelados 3 cuarenta y picos en los pasos quilométricos, que pasan con celeridad.

Pequeña crisis energética sobre el km15 coincidiendo con algunas zonas de falso llano y donde toca apretar dientes para mantener el ritmo. Voy haciendo cálculos sobre el tiempo estimado y veo que el sub22 es factible si no pincho…

Los últimos kilómetros son muy generosos, muy rápidos por el agradecido desnivel en descenso y a poco que hayamos dejado algo de energía remanente, la velocidad se puede mantener sin más dificultad que mantenerse moviendo las piernas.

A 3’45 paso los kilómetros previos a la última y larguísima recta de más de un kilómetro en la que no queda más remedio que esprintar con la piel de gallina mientras un ruido ensordecedor de público animando te lleva flotando hasta aquel arco que se ve en la lejanía y que, a ritmo cercano a 3’30, va aumentando su magnitud hasta conseguir cruzarlo.

Me encuentro muy bien a la llegada y, aunque no se precisar con exactitud el tiempo que he tardado en completar la media, supongo que puede ser unos pocos segundos por debajo de la 1h21’… record personal, en todo caso.


En la clasificación definitiva, mi tiempo ha sido de 1h21’00 así que muy contento por el resultado obtenido, sobre todo teniendo en cuenta que mis medias semanales han sido de 25-30kms…. ¿Qué más se puede pedir?.

Decido que sacrificaré un poco mis salidas en bici para preparar un poco más específicamente Montornés, en 5 semanas, y ver si puedo mejorar esta marca….



Duatló per equips del Prat (18 de Febrero del 2012)

No obstante, antes de Montornés, llegaba el turno de divertirse en la Duatló por equipos del Prat.

Se trata de una duatlón sprint (5km a pie + 20km ciclismo + 2,5km pie) pero con la particularidad que hay que correrla formando equipo con 4 ó 5 compañeros más y manteniendo, al menos, 4 componentes hasta el final.

Es divertido correr esta competición puesto que se aúnan el compañerismo con la estrategia y siempre hay varias víctimas en el equipo que acaba sufriendo en cada parcial.




Mis compañeros de fatigas iban a ser Jordi Casas, David Guinart, Albert Grimaldo y Jordi Romero. Para ser completamente sincero, es una competición que no me atrae sobremanera pero me apetecía correr mucho con ellos ya que todos son buenos corredores y les podía echar un cable en el sector ciclista al estar, a priori, en buen estado de forma sobre las dos ruedas.

El sábado por la mañana, una gran cantidad de equipos se dieron cita en el Prat tras la polémica que se creó con el sistema de inscripciones donde el Terrassa i el Gavà conseguimos meter gran cantidad de equipos en detrimento de otros clubs que tan sólo habían logrado inscribir a su equipo A….

La razón por la que nosotros inscribimos 7 equipos fue que nuestro entrenador se quedó con el dedo preparado para pasar los datos a las 00:00 horas del día indicado en la web de la federació y no por tráfico de influencias, como he leído por ahí. En todo caso, estoy completamente de acuerdo en que la elección del método de inscripciones ha sido un tanto desafortunada y sirve para mejorar en futuras ediciones por parte de la organización este aspecto. Finalmente creo que minimizaron el problema ampliando el número de equipos inscritos, solución apropiada puesto que el circuito y el tipo de prueba admitía un mayor número de participantes sin poner el riesgo la seguridad de los participantes.


En fin, que allí estábamos nosotros dispuestos a darlo todo en los tres sectores y con una estrategia más que estudiada después de los cero entrenos que habíamos realizado juntos.


Cuenta atrás y salimos, como no, a un ritmo mucho más fuerte del que se había pactado pasando el primer km en 3’33’’… El segundo, en 3’43’’, ya ha caído a un ritmo más cercano al que habíamos marcado como posible para los dos más lentos del grupo, David y yo.


Entre el km 2 y el 3 tengo un pequeño conato con un árbol que intento pasar de forma un tanto ajustada y colisiona mi reloj contra el saltándome de la muñeca y obligándome a retroceder así como ralentizar el paso de mis compañeros para volver a unirme a ellos.


El ritmo de los siguientes kilómetros va decayendo cada vez más… 3’48’’, 3’54’’…. Y por suerte estamos llegando ya a boxes donde daremos un pequeño relevo a algunos de los músculos de nuestras piernas para poner en marcha otros durante la fase de pedaleo.


19 minutos es el tiempo empleado en estos primeros 5kms, incluida la transición.


Hacemos, pese a ser la primera vez, una transición muy buena y rápida. Asimismo, de forma muy natural, nos colocamos en fila y empezamos nuestro parcial ciclista de forma progresiva.

Me siento muy bien durante los primeros 10kms, ida y vuelta del circuito de 5km, y los relevos que doy son a buen ritmo. De hecho, en uno de ellos, no caigo en la cuenta que Jordi Casas no estaba todavía colocado detrás y se descuelga del grupo con lo que decido dejarme caer también y tratar de ayudar a contactar de nuevo con los nuestros que, a su ve, aminoran la marcha hasta que nos volvemos a juntar.


Me sorprende el ritmo que llevan los que, a priori, pensaba que irían más flojos: Albert y Romero… el primero, con una cadencia elevadísima, no sólo mantiene el ritmo en su relevo sino que en alguna ocasión hasta lo incrementa. Jordi, quien lo ha visto hace dos años y quien lo ve, tirando a 40 por hora con estilo y holgura.


A David ya se le suponía que sería de los más fuertes en la bici y, efectivamente, no defrauda con unos relevos largos y fuertes que yo agradezco, sobre todo los últimos 5kms en los que mis fuerzas ya van decayendo.


Muy buen parcial ciclista que completamos en poco más de 30 minutillos y a una velocidad media aproximada de 38Km/h.


Saltamos al unísono de nuestras monturas y castigando las plantas los pies con los centenares de piedrecillas que cubren el camino a boxes llegamos a nuestra área en las barras.


Como un rayo, Jordi Casas y yo cambiamos de zapatillas y echamos a correr dejando atrás a los compañeros, sabedores que nos alcanzarán sin problemas pues su ritmo crucero a pie es superior al mío.


Dicho y hecho: En menos de medio quilómetro ya se nos unen Albert Grimaldo i Jordi Romero mientras David se descuelga sin dejar de correr por si acaso alguno de nosotros tiene problemas… todo según lo planificado.


Cada vez me cuesta más aguantar un ritmo de 3’45’’ y el resto de compañeros van apretando para que me mantenga con la lengua fuera. En un momento dado, Albert se ofrece a empujarme a lo que me niego riendo…. Antes muerta que sencilla!!!.


Aprieto lo que puedo a falta de medio kilómetro para finalizar los 2,45Kms en pocos segundos por encima de los 9’ y parando el crono de la prueba en 1h00’06’’… por poquito no bajamos de la hora.


Pocos segundos más tarde llega David, que se ha mantenido como un jabato corriendo hasta el final y cerrando nuestra primera magnífica actuación como equipo… ojalá vengan otras más.



Las semanas posteriores las dediqué a incrementar un poco el volumen a pie así como meter alguna que otra serie extraída de uno de esos planes de entrenamientos locos que pululan por ahí con la idea puesta en hacer una buena media maratón en Montornés. Como daño colateral, la bicicleta quedó un poco más aparcada de lo que la tenía acostumbrada pero con el compromiso de retomar nuestra hermosa relación una vez estuviera en mi poder la caja de jabones y dentífricos con los que se obsequia en Montornés.



Mitja Marató de Montornés (11 de Marzo del 2012)

Y así, como el que no quiere la cosa, llegaba el día marcado en negrita en el calendario y con una buena dosis de motivación nos acercábamos para allá Sandra, Amaia y yo mismo.

Tras aparcar, recoger el dorsal y colgarlo en mi cinturón elástico, me dispongo a calentar tras encontrarme con diversos amigos de diversos ámbitos con los que converso animadamente mientras echamos los trotecillos previos a la carrera.

De repente me doy cuenta que es ya demasiado tarde e intento, infructuosamente, colocarme en una zona apropiada para tener una buena salida. No hay separación por cajones de tiempo y me consigo colocar en un lateral de la zona media donde unos cuantos han arrancado las vallas colindantes que delimitan la zona de corredores.

El espacio es grotescamente minúsculo y nos agolpamos unos cuerpos contra los otros…son momentos “curiosos”, entre tanto cuerpo sudoroso y tanto olor a humanidad… por suerte, no dura demasiado.

Salida en tropel y primeros 400 metros sorteando público, coches aparcados, farolas, mascotas y hasta algún que otro corredor que debería estar situado bastante más atrás de lo que se colocó en la salida…. es curioso ver cómo, carrera tras carrera, algunos corredores no son conscientes de que colocarse junto a los Keniatas no es recomendable para la integridad física si no se pretende correr a ritmos cercanos a 3’/km… cuanto más si se quiere ir a 5’/km!!!.

En fin, a toda mecha alcanzo el primer punto kilométrico que paso en unos vertiginosos 3’28’’… demasiado rápido, pienso enseguida. No obstante me encuentro muy bien y, aunque bajo un poco el paso, me mantengo corriendo rápido adelantando a compañeros de la sección como Manel Casoni, Jordi Ureña y Jordi Casas quienes me advierten que voy demasiado fuerte…. Ya lo pagaré, les respondo mientras sonrío.

Los siguientes kilómetros siguen saliendo rápidos. Llego al km 3 a un ritmo muy superior al que había previsto y al llegar a la primera subida del recorrido, sobre el Km 5, empiezo a darme cuenta que se me va a hacer muy larga la carrera. Paso en 18’30’’ el Km5 y me cuesta apretar en la subida, donde me pasa holgado Jordi Casas.

Desde aquí hasta el km8 el circuito va llaneando, lo cual ayuda a mantener el ritmo objetivo aunque en ningún momento puedo dejar de apretar puesto que he descastado muchos cartuchos en los primeros 5kms… error de bulto.

Sobre el Km6 me pasa la segunda chica y, un instante más tarde, Jordi Ureña quién me anima a engancharme al grupo de la fémina. Le hago saber que no puedo acelerar ni un ápice, llevo el ritmo de crucero máximo para garantizar que acabo la carrera con una mínima garantía de hacer mi mejor marca, pese a todo… y así los veo alejarse poco a poco sin plantearme si quiera el unirme a su grupo.

A partir del Km 8 se inicia la zona de ascenso ligero donde se intercalan algunas zonas de llaneo que permiten ir “recuperando” el esfuerzo de la ligera subida.

Llego al punto de máxima altitud de la carrera, el Km 13,5 en La Roca del Vallés, consciente que lo que queda no es fácil y que no se tratará de una bajada recuperativa en absoluto.

Cuando uno llega apretando los dientes a La Roca, no le queda otra que seguir mordiendo lengua si quiere mantener el ritmo en el descenso a Montornés.

Y una vez más se cumplen los pronósticos y mis piernas se niegan a ofrecerme la agradable sensación que a menudo otorgan las bajadas viendo un buen ritmo en la pantalla de mi Garmin mientras las pulsaciones se reducen y el esfuerzo se atenúa….

Nada más lejos de la realidad y la sensación es la esperada: Aunque mi sentido de la vista me muestra un desnivel negativo frente a mí, mi cuerpo parece que se está enfrentando a un llano continuo en el que hay que seguir sufriendo para mantener la velocidad objetivo.

Pese a escuchar los zapatazos en el suelo, pese a sentir que mi cuerpo avanza con una total nulidad técnica, pese a creer que mi ritmo cada vez es peor… pese a todo eso, cada vez que miro el reloj, me sorprende ver que sigo rondando los 3’50’’ por kilómetro y el objetivo de rebajar mi marca es todavía factible.

Por fin estoy llegando al km 19 donde sé que me espera un kilómetro de suave ascenso que se puede convertir en un calvario con las escasas reservas que llevo. En el fondo espero que no sea para tanto y no paro de lanzarme mensajes positivos mientras el ritmo me muestra que estoy ya pasando la zona conflictiva. Sufriendo de veras me mantengo martilleando el suelo y pensando que mi ritmo se ha ido por las nubes, veo que llego al final de la subida a ritmo de 4’/km. A partir de aquí sólo queda bajada… y de la buena.


Sólo 1100 metros para llegar a meta, miro el crono, sumo los 4 minutos que puedo tardar y veo que rebajo el tiempo de 1h21….

Cuerpo hacia adelante, subidón de adrenalina y la técnica vuelve a ser la correcta mientras acelero nuevamente a ritmos de 3’30’’ gracias a la bajada y el saber que son los últimos metros…
Encaro el arco y paro el crono en 1h20’42’’… muy buena marca, a pesar de todo.




En unos primeros momentos no acabo muy contento puesto que estaba bastante seguro que podía haber hecho la misma marca sufriendo algo menos si hubiese sabido contenerme los primeros kilómetros pero, transcurridas unas horas, llego a la concusión que ha sido una muy buena experiencia mental.

El mantenerme durante tanto rato sufriendo y rechazando los continuos mensajes que me llegaban durante los momentos más duros de la carrera pidiendo que levantara el pie, ha sido una buena experiencia deportiva y una buena demostración interna de voluntad y capacidad de sufrimiento…. De esto también habrá que saber tirar en algunas carreras en las que el cuerpo diga basta.


Y se acabó esta micro fase dedicada a la carrera a pie… toca volver a equilibrar los tres deportes y empiezo a enfocar el objetivo de mi cámara con vistas al B de Banyoles… un poco más lejos queda todavía Zarautz, donde pasaremos unos inolvidables días en compañía de un buen batallón de compañeros del CNT…. Pero mi cámara de fotos es barata y no tiene un zoom tan potente.