MITJA MARATÓ DE TERRASSA 2010

Bajo un cielo amenazante de lluvia y una temperatura agradable nos congregábamos unas 3000 personas a la salida conjunta de la cursa Santi Centelles de 5km y la Media Maratón de Terrassa preparados para disfrutar de una buena mañana de deporte en nuestra ciudad.

En mi área coincido con Germán, Hermies, Jordi Casas aunque hoy somos muchos los triatletas del CNT que vamos a correr alguna de las dos carreras.

El inicio se daba de forma puntual después de una exhibición dels Castellers de Terrassa a ambos lados del arco de salida.

Muy bien colocado, casi no tengo que sortear gente y empiezo la carrera a un ritmo frenético. No veo las marcas kilómetricas (creo que hasta el 5 no estaban) aunque veo escrito el número 3 justo antes de entrar al giro en la Agda Tarradellas. Ahí marco el lap y veo 10’32’’…. No creo que esté realmente bien colocado pero me da una idea de lo rápido que estoy yendo. A Jordi y Hermies los veo un poco más adelantado pues, tras aguantar detrás un par de kms decido bajar el ritmo si quiero llegar al final de la carrera.

Retomamos la zona de salida nuevamente y me meto en el grupo de la primera fémina que lleva un ritmo más acorde a lo que puedo asumir aunque, pasados 3 kms, también noto que necesito aflojar a medida que a mi mente empieza a acudir la subida por la Agda. del Vallés.

Toda la zona previa a la llegada a Ca n’Anglada la hago más cómodamente pero viendo la velocidad rondando el 3’50’’/km lo cual es buena señal y significa que son ritmos que el cuerpo ya va asumiendo como ritmo crucero.

Se inicia la temible subida por la riera y empiezo a notar las consecuencias de haber forzado los primeros kilómetros. El ritmo se reduce por debajo de lo previsto y los Km 8, 9 y 10 los hago a una velocidad descendiente de 4’02’’, 4’17’’ y 4’23’’. Me noto cascado al llegar a la parte más alta del recorrido y necesito unos metros para recuperar el ritmo.

Al ponerse el terreno plano, noto que puedo recuperar y adoptar una mejor postura estirando la zancada. Miro el reloj y leo nuevamente ritmos más “agradables” a la vista. Los siguientes 2 kms los hago a un ritmo ligeramente inferior a 4’/km pero la subida por la Ctra. Matadepera me hace marcar el km 13 a 4’04. Seguramente los ánimos de Sandra, Jordi Fabra y Sandra Martínez en la rotonda del Tiburón me han dado la inyección para iniciar la pequeña subida con fuerza.

A partir de aquí vienen 4 kilómetros muy rápidos bajando hacia el club y pasando por delante de la puerta principal. Allí escucho los ánimos desde mi derecha y veo un grupito entre los que reconozco a Jordi Elias y Carles mientras que, un poco más adelante, escucho ánimos desde mi izquierda provenientes de una bicicleta. - Et menjaràs Niça!!!, hombre!!! pero si es Albert Durán!!! – Que va tio!, vaig cascat!!!- le contesto mientras ya empiezo a dibujar la subida a la Rambla.
Son 4 Kms que han pasado bastante rápidos, todos rondando los 3’55’’.

Llega el momento de la verdad, donde toca apretar los dientes. Mientras me concentro en mantener algo de estilo, voy viendo como algunos de los que han ido conmigo durante los últimos kilómetros aflojan el ritmo... aquí ya se llega con las fuerzas justas.

El tiempo por km ya sube hasta casi 4’20’’durante los 2000 metros que duran la Rambla + subida a la estación de la renfe.

Una vez pasada la estación, retomo fuerzas de no se demasiado bien dónde y vuelvo a aumentar el ritmo para mi propia sorpresa de forma progresiva para cruzar la línea de meta al esprint.

Veo en el crono 1h23’20’’ pero en la clasificación oficial marca 1h24’02’’. Es posible que, al llevar programado el paro automático en el crono, haya estado parado algunos segundos si ha habido pérdida de contacto con el GPS.

En todo caso, teniendo en cuenta que he pasado algunos días en cama, que todavía estamos a inicio de temporada y que los entrenamientos de series han sido anecdóticos; pues el resultado se puede considerar como muy bueno.

He acabado con los gemelos bastante cargados, seguramente por intentar ir con el cuerpo adelantado y tirando bien de las puntas… eso así, por lo menos las uñas negras de la Sant Silvestre me han respetado y no me han vuelto a doler.