martes, 7 de septiembre de 2010

TRIATLÓN OLÍMPICO BANYOLES 2010 – que mal ratito...

A una semana del desembarco en la Extrememan de Menorca, hoy tocaba un nuevo encuentro con la población que vio nacer el triatlón en Catalunya y que tan buenos recuerdos me ha dejado siempre que he competido aquí.

Pese a que se trataba de un entreno de calidad, mi idea era hacerlo fuerte y tratar de mejorar la posición y tiempo del año pasado, esperando hacer una buena natación, encontrar un buen grupo con el que rodar en bici y finalmente encontrar buenas sensaciones en la carrera a pie.

La carrera me salió casi al contrario de como la había planeado, jejeje… y esa es precisamente la magia de este deporte… cuando piensas que estás bien.. PLAAAASS!!! Collejón para que te pongas en tu sitio.

El día anterior, durante la activación, tengo unas sensaciones como hacia tiempo no notaba: alguna serie nadando a 1’23 sin ir a completamente tope, en la bici rodando muy rápido acoplado sin presionar los pedales y una corta transición de 15’ a pie que me sale a 4’14’’/km por el Egara sin sufrir en exceso.

Si, ya se que no es la activación más recomendable pero a mi me genera confianza de cara a la carrera.

Como va siendo tradición en la noche previa a la prueba y tomando como referencia al gran Marcel Zamora, pizza para cenar (esta vez sin cerveza… quizás me falló eso… mmmm) y a dormir, que mañana será un gran día!.

Una pequeña comitiva marchamos hacia Banyoles desde el Candido, el resto ha salido disgregado. Un total de 22 participantes del Terrassa harán que sea un día memorable con motivación, que se empieza a desvanecer cuando en la autopista dos accidentes nos tienen parados casi 1 hora… continuas llamadas entre nosotros preguntándonos los unos a los otros si llegaremos a tiempo.

Finalmente la autopista se aclara y en el límite de la velocidad máxima permitida llegamos a Banyoles donde encontramos aparcamiento rápidamente.

No hay tiempo de calentar, sólo dejar las bicis, preparar el material y la larga caminata hasta la salida al otro lado del lago.

Unos 900 participantes hace increíble la vista a medida que nos acercamos a la salida… aglomeración de gorros naranjas en la salida, un aspecto impresionante que nos hace coger aire irremediablemente.

Este año algunos aspectos del recorrido han cambiado. Debido a la cantidad de participantes, los boxes ya no están situados en el asfalto junto al club de natación sino en el parque situado tras el pabellón deportivo.

Esto significa, a priori, que el final de la natación se realiza en un lugar diferente generando una larguísima transición desde el agua hasta la bicicleta.

El circuito de ciclismo permanece igual que otros años mientras que el de carrera a pie cambia sustancialmente y el camino que antes se tomaba de llegada al pabellón ahora se hace en sentido contrario. El famoso y desidioso serpentín donde el público puede ver a los triatletas durante un par de kilómetros se mantiene. Pese a lo cansino que puede resultar el interminable zig-zag a mi me parece que tiene su encanto.


Como siempre que he competido aquí, voy con la idea clara de colocarme a la izquierda. Es preferible nadar unos metros más en contra del tiempo que se puede perder por las continuas paradas que se repiten en la zona más concurrida. Por no hablar de la leña que se reparte en la “zona corta”, al lado de las corcheras que conducen en línea recta a la boya de giro.

Además, mis quemaduras tras la caída en bici del pasado sábado todavía son demasiado dolorosas como para correr el riesgo de ir recibiendo golpes en dichas zonas de mi cuerpo.

Una vez colocado en la salida me llama la atención lo lejos que está la boya de giro, es bastante difícil de localizar en la distancia e incluso algunos competidores son incapaces de divisarla. Yo diría que hoy van a caer más de 1500m!!!.

Ya estoy colocado junto con Carlos en el dique de la izquierda, no hay mucha gente con nosotros y hemos visto que Guillem y Hermies también están por aquí cerca.

De repente, la organización toma los megáfonos y avisa a todos los triatletas que están en el dique de la derecha que la salida se va a realizar desde donde estamos nosotros y que todo el mundo se debe dirigir hacia nuestra posición.

Horrorizado, veo como mi cómoda, espaciada y tranquila posición en la izquierda se convierte en la peor de todas las situaciones: me encuentro justo en la zona más cercana a la boyas, apretado entre cuerpos que me sobrepasan un palmo y situado justo detrás de la cinta de salida… es decir, el primero!!!.

Para más inri, avisan que la salida será desde arriba así que hay que tirarse de cabeza.

Dioooooosssss!!!! La que me va a caer!!!

- Ei, ahora no nos vayamos a matar!!!!- Voy repitiendo sin cesar.

De repente me doy cuenta que estoy junto a la élite, los cuales me miran mientras sus caras reflejan un – ¿Pero qué dice el tontoelculo éste?.

Las chicas ya están a medio lago cuando se da nuestra salida.


La gente corre como si les persiguieran zombies hacia el agua, se tiran de cabeza sin problemas y yo, contagiado por lo salvaje de la situación, hago lo mismo.

Las milésimas de segundo que pierdo en decidir el mejor hueco donde tirarme son suficientes para que 3 ó 4 triatletas me tomen la delantera.

Me tiro y noto como van cayendo cuerpos a ambos lados, tras de mi, casi sobre mi…. Que situación tan asfixiante!!!

Me cuesta salir de la zona pues continuamente se agolpan sobre mi otros competidores mientras yo me subo en los que están delante mío.

Poco a poco y a base de recibir y dar muchos golpes (que bestia es este deporte, en ocasiones), consigo irme desembarazando del contacto humano a medida que me voy dirigiendo hacia la izquierda para salir de este infierno. Debo parar a menudo pues mi trayectoria se cruza en las de los que vienen en sentido contrario buscando ya las corcheras….

Chillo en algunas ocasiones cuando alguno se refrega sin piedad sobre mi cadera quemada, acelero el ritmo para salir de zonas concurridas y por fin, a los 500 ó 600 metros, encuentro unos pies en una zona relativamente ordenada.

Cada vez que toco los pies del que me precede, el tio da unas batidas poderosas para desembarazarse de mi..

- Lo llevas claro, chavalote!!! Con lo bien que se va aquí detrás!

Las sensaciones son de ir muy bien dentro del agua, realizando un buen y constante esfuerzo. Creo que saldré en mejor tiempo que el año pasado.

Alzanzo a un compañero del Terrassa, Guillem al cual adelanto forzando un poquito más el ritmo. Todavía debemos estar en los ¾ del sector y el haberme encontrado a Guillem es una muy buena señal.

Boya de giro, me abro todo lo que puedo para evitar golpes y encaro la recta que nos llevará a la rampa de salida.

El último tramo se hace eterno…. Pero cuánto hemos nadado hoy???

Tras la carrera, nos comentan que en la natación han salido 1640 metros… Yo diría que incluso más… un tío como Pontano haciendo casi 21’… !!!... en todo caso, salgo contento y con buena impresión.

Tiempo final: 26’39’’ (parcial 114).

Recorriendo la interminable alfombrilla que nos lleva a boxes, adelanto a Carles Perés. Otra señal de que mi natación ha sido muy buena, si tenemos en cuenta que no he trabajado casi nada de velocidad por la preparación del Ironman.

Llego a la bicicleta anormalmente cansado, casi agotado… mmmm… que raro!

Rápida transición: cinturón con dorsal, casco y para afuera mientras esquivo a otros compañeros que están por la zona.

Subo a la bici sin problemas aunque no acabo de colocar bien un pie dentro de la zapatilla. No importa, lo haré una vez me coloque dentro del grupito que se ve a lo lejos.

Calentón de piernas acoplado y rodando muy rápido hasta conseguir colocarme en la retaguardia del grupo. Creo que en este grupo está Martí Bigordà y, sin duda, se trata del grupo a agarrar!.

Introduzco los pies en las zapas, cierro velcros y llegamos al repecho por el que suelo subir siempre bastante entero… las subidas se me dan bien así que vamos para allá!

Los que lideran el grupo empiezan a imprimir un ritmo de subida que obliga a poner la carne en el asador. Ya he vivido estas situaciones en otras carreras: el apretón de los primeros kilómetros que hay que aguantar para después ir cómodo cuando la rabia de los metros iniciales se calmen.

Pero esta vez las piernas no siguen la teoría, noto como mis intentos de aguantar el ritmo se almacenan en forma de ácido láctico en mis cuádriceps y voy perdiendo rueda poco a poco. Esta gente está un punto por encima de mí!!!!

Pese a todo, junto a Josep Franco, un triatleta del Inef Lleida sabedores que ese es el grupo que marca la diferencia, nos ponemos a trabajar para volvernos a meter.

Su fortaleza en los llanos nos hace avanzar a buena velocidad mientras yo le doy los relevos en los repechos y dónde buenamente puedo.

Estamos a punto de enlazar en un par de ocasiones pero sucesivos cambios de las bestias que tiran del pelotón hacen que la distancia se vaya haciendo mayor.

El viento, además, nos juega una mala pasada y los músculos están resentidos de tanto luchar sin éxito. Miro hacia atrás y veo otro pelotón a lo lejos. Le comento a Josep que no merece la pena seguir perdiendo energías y decidimos dejarnos coger para tratar de recuperar el aliento.

A estas alturas soy consciente que me he desgastado en exceso, tostándome los músculos en varias ocasiones durante estos excasos 20km que hemos andado en tierra de nadie y empiezo a dudar sobre cuál será mi respuesta en la carrera a pie.

Alcanzados por el grupo, empiezo a echar un vistazo sobre las caras conocidas de quien lo forma: Victor Dobaño (a este lo conozco del blog, jejeje) y del Terrassa veo a Samu, Guillem y Carles…. Tal y como voy, hoy me pasa hasta el tato corriendo.

Unos pocos kilómetros de tranquilidad y decido que no voy a asomar la cabeza ni una sola vez por delante, sólo dejarme llevar… y si puede ser tranquilo, mejor!

Desgraciadamente, Samu no está por la labor. Se acerca a mí y me comenta que al entrar en la carretera que lleva a Esponella, tras el avituallamiento, va a pegar un palo para tratar de irse.

Se coloca por delante y poniéndose en pie, mete un apretón al cual responden los que están colocados en cabeza. Yo, que me he acercado a las primeras posiciones, me engancho a los que saltan pues se lo fácil que es quedarse cortado en esta zona.. ya me pasó en el 2008 y no hay forma de enlazar más tarde.

Tras ser neutralizado y tras alguna que otra palabrita con alguno del Prat, Samu me comenta riendo que todavía queda una segunda oportunidad en el puerto, jajajaja… qué bestia.

Pasamos Esponella y ya estoy preparado para la segunda embestida que llega tan buen punto se inicia el puerto. Esta vez no es tan explosiva pero si lo suficientemente constante y dura como para notar nuevamente el dolor en los muslos y que el grupo se rompa quedando Guillem y Carles cortados en el segundo pelotón.

Samu mira hacia atrás al finalizar el puerto, levanta el dedo pulgar indicando aprobación y supongo que, al igual que yo, sorprendido que con mi cara de agonía siga todavía enganchado en el mini grupo que se ha formado, jajaja.

Puesto que no hay sucesión en el ritmo, a pocos kilómetros de boxes el grupo perseguidor nos vuelve a enlazar y llegamos unos 25 triatletas a la segunda transición.

Tiempo ciclismo: 1h09’49’’ (parcial 74)

Esta vez la realizo con más calma pues noto que no ando fino del todo.

Me coloco la gorra, las zapatillas, agarro un gel en una mano y el Garmin en la otra para salir por la zona indicada a través de un tramo de hierba al circuito a pie.

Piso los primeros metros y ya me doy cuenta que voy a sufrir. Ni llevo buena técnica, ni buena respiración, ni na de na… Al colocarme el GPS veo que, además, olvidé ponerlo a cero tras la activación de ayer así que me marca algo más de 3 kilómetros… para fortalecer el componente mental del sector!!!.

Aun así, veo que estoy corriendo a una velocidad cercana a 4’/km, hecho que dura un par de kilómetros en los que todavía voy viendo a Samu… pero a partir de este segundo kilómetro empieza un calvario psicológico que durará hasta el final de la prueba y en un par de ocasiones pasa por mi mente ponerme a caminar un rato.

No obstante, el hecho de ver un todavía muy buen ritmo (4’20-4’25) para el estado que llevo, el hecho de no ser sobrepasado por demasiados corredores e ir adelantando a otros que van peor…. son factores que ayudan a mantener el esfuerzo.


Cuando veo a conocidos animando no tengo demasiadas fuerzas para sonreír ni saludar y el serpentín se hace interminable en las dos ocasiones que lo paso.


En las últimas curvas del serpentín, a escasos 300 metros de meta, veo a un Hermies en aun peor estado que yo y al que voy recortando metros rápidamente. Última curva, hace un barrido con la mirada y me encuentra dentro de su óptica, lo cual le hace sacar fuerzas de quién sabe dónde y forzar el ritmo lo suficiente como para que yo, que ya no tengo aliento ni para tan siquiera acelerar, llegue a 12 segundos detrás suyo.

El nuevo circuito se ha atragantado a la mayoría de corredores y es curioso ver como las primeras posiciones han marcado tiempos cercanos a los 40’. El GPS delata que han sido unos 10km200 metros, en lugar de los 10km estipulados… esta vez si me han sobrado los 200 metros!!!

Tiempo carrera: 44’24’’ (parcial 118).

Tiempo final: 2h20’52 (posición 75).


Los primeros clasificados han sido Xavier Torrades, Francisco Pontano y Alvaro Rance siendo sus tiempos de 2h01’57’’; 2h04’33’’ y 2h07’55 respectivamente.

Cuanto menos curioso que el tercer clasificado haya invertido casi 2h08’ en completar el recorrido… ciertamente, ha sido un olímpico larguito!!!.


Muerto, voy ladeándome en busca de comida y bebida para recuperar energía lo antes posible. Saludo a Hermies, Samu y Martí… vaya carrerón se ha cascado este último mientras sigo buscando más hidratación.

El resto de compañeros finalizan su prueba, algunos más animados, otros menos… ha sido un día duro para la mayoría.

A destacar la gran carrera y super-remontada de Jordi Casas y Carlitos Restoy (38 y 49 mejores parciales en la carrera a pie). Éste último se está saliendo en este final de temporada y la semana próxima, en Menorca, puede hacer una gran actuación (y quitarnos las pegatinas a Sergio y a mi… grfgffgfggffg!!!).

También muy bueno el debut en Olímpica de Manu, que ha acabado con buenas sensaciones. Teniendo en cuenta la dureza de la prueba, significa que está haciendo las cosas bien, paso a paso y camino de su irremediable título de Finisher… más cerca de lo que él cree…!!!

Repentinamente me aparece una punzada en el costado izquierdo, bajo las costillas y a medida que el tiempo transcurre se va acrecentando más y más.

A la media hora, el dolor ya es demasiado fuerte y me empieza a preocupar por si se trata de algo muscular o, incluso, algún problema cardiovascular así que junto a Manu me dirijo a la asistencia de la cruz roja.

Me estiran en el suelo y me empiezan a examinar el costado apretando la zona dolorida.

- Se trata de un flato muy fuerte – Me comenta uno de los asistentes.

- El aire se ha metido entre el diafragma y el pulmón y oprime la zona produciendo este dolor. Hay que apretar fuertemente el área mientras respiras lentamente para favorecer la evacuación de este aire. En un par de horas ya se habrá pasado.

Tras dos días con los dolores he decidido acudir a urgencias para que me miren el “supuesto” flato: Desgarro abdominal que me tiene en ascuas de cara a Menorca!!!!.


Y aquel hombre haciéndome ver las estrellas mientras me apretaba los abdominales para sacarme el aire…. Buffff!!!!.

Espero poderme recuperar a base de lo que me han dado en urgencias y una visita esta tarde a Jordi Hurtado, osteópata del CNT y compañero triatleta de fatigas… Ya os contaré!.

1 comentario:

  1. que animal, desgarro abdominal !!

    ostres pàjaru, això no sona bé. I si fas bondat uns dies ? Si, ja sé, lo de Menorca no se t'escapa ni a la de 3 i encara que sigui treient els pulmons per la boca la faràs i amb bon ritme desde el primer moment...

    Això de que el tercer només et treiés 12 minuts està de conya nanu !!!!!

    Felicitats i ànims en la recuperació (no sé què tindràs, que vas empalmant mals però tot t'acaba sortint bé)

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