martes, 6 de diciembre de 2011

Duatlo btt Ametlla del Vallés (27 Noviembre)



El sonido repentino de alguna desconocida emisora me anuncia que un nuevo día inicia su caminar y hoy toca vestirse de luces por primera vez esta temporada.


Las 7:30. Aprieto el botón gracias al cual cesa el murmullo de voces monótonas y aburridas. Miro a mi derecha y veo que Sandra ha acomodado a Amaia entre los dos y esta última se encuentra durmiendo plácidamente con su carita de inocencia absoluta.


- Buffff!!!, que enorme palo tener que correr una duatlón esta mañana – Pienso para mis adentros.


Apuro media hora más la cama mientras Sandra toma su ducha matutina y rodeando con el brazo a la pequeña voy ordenando los pasos a seguir: aseo, almuerzo, ropa para competir, bicicleta, etc…


Poco a poco voy cerrando etapas y con algo de retraso salimos los tres en dirección a l’Ametlla del Vallés.


Demasiados coches para el escaso aparcamiento que brinda las inmediaciones de boxes así que usando astutamente (es un decir) la tecnología GPS doy un buen rodeo que me sitúa en otra zona cercana con menor densidad de automóviles.

La temperatura indicada por la sonda es de unos 6ºC pero la sensación de frio no es tan pronunciada. Mientras caliento un poco me auto convenzo que pasaré un poco de calor con la camiseta técnica y, firmando un acto de hombría repentino, me desembarazo de ésta quedando mis brazos expuestos a la temperatura ambiente y mis mollejas pechunas asomando por los laterales prietos de mi mono.


Mientras deambulo en busca de mi número en boxes , veo a una buena representación del CNT:


Jordi Ureña (en el mejor estado de forma desde que lo conozco), David Guinart (bombero-torero.. ya me entendéis, jejeje), Dani Laforet (a ver cuándo explica que lo llamaron de la radio en una de esas bromas matutinas), Jordi Maiques (Cafés Dern, de tota la vida), Xavi Durán (una bestia de la btt), Dani Charles (el omnipresente, está en todas las movidas), Toni Miró (estrenando su Specialized 29”) y Jose Manuel Rio (la constancia personificada); compañeros con los que tengo la suerte y el placer de compartir un trocito de este soleado día de Noviembre.


Mientras estamos situando los enseres en boxes me comenta Ureña que ayer se acercó a hacer el circuito y que, según su entender, es un circuito bastante técnico donde las lluvias han provocado numerosas zonas de regateo así como abundante fango en la segunda mitad del parcial.


- Fantástico!... Las pocas ganas que tenía de betetear se me acaban de evaporar espontaneamente.


Sabedor de mi poca destreza con la bicicleta me dispongo a hacer mis últimos minutos de calentamiento arrepintiéndome de haber olvidado los guantes y un tanto preocupado por mi integridad física.


En estas me cruzo con Sandra, paseando a Amaia en el carro, y la veo reír.


- ¿Qué pasa? – Le pregunto
- Je, je, je, …. Vaya pinta de padre que haces – Me responde, la muy….


No me hacen falta más datos para saber que mi estado de forma está todavía lejos del ideal y por un momento me imagino a mí mismo como el típico madurito “pechopalomo” que intenta, sin ningún atisbo de éxito, ocultar su tripa cervecera de forma digna al tiempo que pasea su escaso bañador entre las toallas de alguna playa ochentera, jejejeje.


En concordancia con esta imagen fraternal de mí mismo, me coloco en la cola del gran grupo que está a punto de iniciar la carrera donde también se encuentran Charles, Laforet, Maiques y Jose.
Salida y dando saltitos voy esquivando a personal (mi nueva densidad me ayuda a coger velocidad en bajada).


Una vez consigo situarme en una zona despejada pongo el “control cruiser” en modo “Media Maratón” y con ese ritmo controlado dejo que pasen los primeros kilómetros. Según el perfil indicado en la web, la mitad del primer parcial (unos 3kms) son en bajada mientras que los últimos 3 serán en ligero ascenso así que es conveniente retener las ganas de salir a 200 ppm y llegar justo de fuerzas a la subida.


Manteniendo ese ritmo paso, sobre el kilómetro 4, a Toni quien ha salido muy fuerte y ahora le toca recuperar. A Guinart y a Duran les voy dando alcance entrando casi al unísono a boxes.

Tiempo carrera a pie 1: 22’31’’; Parcial 83


Me lo tomo con calma, calzándome las zapatillas específicas con lentitud y, sorprendentemente, con ganas de dar pedales.


Junto a David, quien ha hecho también una transición digna del APM, avanzo los primeros compases del parcial ciclista aunque a su rueda ya veo que su ritmo está un punto por encima del que yo puedo llevar.


Tomando de referencia la información original de la prueba, el circuito de 23kms se dividiría en dos mitades, siendo la primera mayormente de ascenso y la segunda básicamente de bajada… así de fácil… ¿no?.


No obstante, con el cambio de circuito y las últimas noticias dadas por Ureña, cualquier cosa se puede esperar de lo que está por venir.


Primeras rampas que pican y enseguida me quedo cortado en un grupito mientras avanzamos por un sendero estrecho de ascenso por el cual progresamos en fila a ritmo lento (lo cual me viene muy bien para ir recuperando fuerzas).


Algún descenso que transcurre entre surcos erosionados por el agua que paso sin complicación y nuevas rampas a las que ya hay que enfrentarse con el molinillo y por las cuales se hace complicado adelantar a los que me preceden debido a la escasez de espacio.


Veo a David por delante, algunas veces más cerca y en otras ocasiones más alejado pero siempre a la vista, hasta llegar al km 8.


Es sobre ese punto kilométrico donde veo a Ureña regresando en sentido contrario descabalgado de su montura y con cara de resignación.


- Qué pasa noi?
- La cadena rota – Me muestra el conjunto de eslabones metálicos colgando de su mano derecha.
- Vaya putada! –


En fin, los problemas mecánicos forman parte del juego aunque es una lástima cuando estás en una forma tan buena tener que apearse de una carrera por problemas de este tipo.


Yo continuo a la mía pero, a partir del kilómetro 9, el sufrimiento es continuo:


Barro por todas partes que provocan que la cadena se me salga en diversas ocasiones;


Zonas excesivamente técnicas para mí teniendo que bajar de la bici varias veces para seguir avanzando o para evitar un “tatoo” en la cara;


De repente el freno delantero pierde su eficacia y, por mucho que apriete la palanca, el aceite no llega correctamente a los pistones y las pastillas no actúan sobre el disco.


De esta forma debo extremar las precauciones para no pasarme de largo en alguna curva y los derrapes de la rueda trasera se hacen continuos mientras sigo accionando la palanca izquierda con la esperanza de que el circuito vuelva a equilibrarse y el freno delantero vuelva a despertar.


Supongo que debido a lo anterior, repentinamente me doy cuenta que estoy en una zona sin indicaciones y empiezo a pensar que me he salido del camino adecuado. Efectivamente, tras tomar un par de cruces al azar por donde pasea algún sorprendido montañero que me mira atónito, consigo ver a lo lejos como se cruzan ciclistas por un camino frente a mi donde vuelvo a meterme en carrera nuevamente.


La idea de que el circuito sería de bajada a partir de la mitad del recorrido se trunca gracias a constantes repechos que me ponen las piernas al rojo vivo.

Cuando por fin las gomas pisan asfalto y creo que estoy a punto de finalizar el parcial ciclista, una nueva salida del pueblo nos obsequia con unos agónicos metros de riera repleta de fina y mojada arena sobre la cual, el solo hecho de mantener el equilibrio sobre la bici resultó ser todo un éxito.


Un buen manojo de zarzas punzantes me marca el brazo izquierdo de arañazos sangrantes poniendo un broche de oro final al parcial de btt y recordándome por qué me gusta tanto la bicicleta de carretera.


Al menos estoy entero.


Con más ganas de las que me imaginaba previamente, llego a boxes. Dejo la bicicleta calada de barro hasta los acoples y calzándome las zapatillas salgo con ritmo alegre para enfrentarme a los últimos 3kms de carrera a pie.


Tiempo btt: 1h30’43’’; Parcial 84


El ritmo alegre que consigo imprimir los primeros 1,5kms de bajada se convierte en ritmo fúnebre en cuanto la carretera cambia el desnivel de signo menos a sino más.


Concentrado en no ponerme a caminar avanzo tristemente mientras, sorprendentemente, aun adelanto a algunos corredores que van todavía peor.


Cruzo la meta y, pese a todo, me alegro de haber venido. El estado de forma es el que es y, teniendo en cuenta los volúmenes que ahora puedo sumar entre viajes y deberes familiares, estoy contento por como he finalizado esta dura carrera.


Tiempo carrera a pie 2: 15’39’’; Parcial 31
Tiempo final: 2h08’53’’. 77º Clasificado.

Desde mi última entrada hace un mes y medio, hago un recuento de mis viajes y los datos cantan por sí solos: Roma, Mondragón, Zaragoza, Frankfurt y una fabulosa tournée de varios días por Turquía.

De todas formas, he podido ir realizando sesiones cortas de forma más o menos continuada y espero empezar a sumar más volumen de base próximamente.

El pasado domingo me dirigí a Mataró para enfrentarme a la media maratón, prueba a la que me había inscrito más por presión externa que por propia convicción y donde pude comprobar que no está el olmo para peras (se dice así, ¿verdad?) o (dicho de otro modo) que sin entrenar unos mínimos, 21 kms es una distancia que se me puede hacer demasiado larga.

Primeros 7 kilómetros con buenas sensaciones, reteniendo y aun así a ritmos entre 3’48 y 3’58 (cierto es que en la primera parte predomina el descenso).
A partir del 7 me vacío con rapidez y paso el 10 en escasos 39’ sufriendo en exceso.
Decido entonces que no voy a realizar los 21kms y daré por bueno un entreno de unos 18 kms.

A la altura del km 15 las reservas van muy justas y debo ponerme a caminar aprovechando para dar la vuelta, cosa que debía haber hecho bastante antes puesto que, para regresar al punto de salida, voy a tener que recorrer unos 20kms… de hecho, casi la totalidad de la carrera… vaya tela!.

Al ritmo que me permite el cuerpo voy sumando kilómetros caminando nuevamente en el ascenso del km19 de la carrera para, por fin, llegar al final bastante fatigado y consciente de que no es todavía una buena época para hacer medias maratones.

En fin, espero reducir la frecuencia de mis viajes por un tiempo y poder ir incrementando los volúmenes paulatinamente pese a que, por ahora, lo veo un tanto complicado.

De momento, estoy inscrito en la Cursa dels nassos y la Media de Granollers. No tengo muy claro cuál será la próxima duatlón que correré pero quizás me inscriba directamente a alguna de carretera ya que, a día de hoy, siguen sin motivarme las de montaña en demasía…. Se las dejo a los más valientes !!!.

lunes, 17 de octubre de 2011

Aburrimiento y entrenamiento, dos palabras que no deberían ir nunca unidas.


Evitar el aburrimiento es el principal objetivo que me he marcado en este inicio de temporada.

Y ¿cómo conseguirlo cuándo el estado de forma todavía no es, ni de lejos, el más agradecido? Y aún más.. ¿Cómo puede uno no alcanzar esa meta cuando el núcleo del entreno debe estar basado en los ritmos aérobicos?.

Pues, en mi caso, tratando de huir de los circuitos de siempre, introduciendo nuevos “juegos” durante los entrenos, buscando horarios fuera de lo común…. Vale, reconozco que esto último debo agradecérselo a Amaia y sus horarios de recién estrenada personilla… pero, en todo caso, cualquier excusa suma a la hora de hacer más ameno el inicio de la temporada.

En términos generales voy haciendo entrenos cortos, encontrándome bien dando pedales, pasable con el gorro de silicona y mal con las zapatillas de correr. Pero no importa, sé de sobras que las sensaciones y la forma vendrán, la época competitiva está lejos todavía y hay que sumar lentamente manteniendo la motivación…. Así que, en ello estamos.

Para conseguir seguir sumando sin caer en la desidia han llegado a mis manos, aprovechando cumpleaños y algún ahorrillo escondido, una serie de artilugios fantásticos que he incorporado a mis rutinas con gran ilusión.

El primero de ellos, un gran compañero para estos días de salidas solitarias. Sustituye a uno similar que sólo me podía aguantar el ritmo durante 1 horita pues su avanzada edad ya no le permitía rellenar las baterías como lo hacía antaño…. Descanse en paz.

El segundo, me permite salir a correr por caminos y montes a horas en las que el astro solar está trabajando duro en el hemisferio opuesto… un buen frontal de peso pluma para mis escapaditas nocturnas:

Por último, un magnífico artefacto que hacía ya tiempo quería incluir entre mi material ciclista: una brutal luz de 900 lúmenes con batería de litio adquirida en Ciclos Morenito y con la que no existe oscuridad que se resista a mi paso. Debo decir que con esta luz es aconsejable mantener la concentración ya que, pese a ser muy efectiva, no deja de ser una visión reducida de la que la luz diurna nos ofrece. Ahora bien, con este foco, no hay excusas para salir en btt por la noche y su potencia permite incluso bajar por caminos a una buena velocidad. Con el cambio horario, va a ser sin duda una buena compañera.

Como resumen de estas semanas pasadas, diría que muy pocos entrenos de natación, siempre a ritmos tranquilos e introduciendo algo de técnica.

En bicicleta sigo sumando básicamente en btt con buena cadencia de pedaleo y ganando confianza en las bajadas lo cual me está ayudando a disfrutar cada vez más de esta vertiente del ciclismo.

A destacar una salida con algunos compañeros del CNT y liderando la reunión Martí quien nos llevó a uno de esos circuitos suyos “sencillitos” tras los que acabas con el culote rascado de tanto pegar el culo a los tacos de la rueda trasera. Me sorprendí a mí mismo descendiendo por lugares por donde jamás hubiera apostado que pasaba una bicicleta aunque la salida se alargó más de esperado y me tocó saltarme un merecido almuerzo regresando por la carretera de Rellinars con el cuchillo entre los dientes para llegar a tiempo al recogimiento familiar.

Respecto a la carrera a pie, las sensaciones son generalmente malas. Tan sólo en los entrenamientos de transición, un par de ellos en estas primeras diez semanas, me encuentro cómodo corriendo. Qué curioso, tendré que calentar en bicicleta siempre antes de ponerme a correr.

He empezado a acumular sesiones de mayor duración por montaña, siempre alternando el caminar con el correr. Creo que es un gran método para adaptar la estructura y evitar las desagradables periostitis que cada año se convierten en indeseables compañeras durante los primeros meses.

Por el momento las semanas pasan amenamente con ganas ya de formar pelotón de alguna que otra carrerilla de fin de semana que me empiece a dar un poquito de chispa... quizás vaya a los 10kms de montaña de St. Llorenç Savall... veremos.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Primeras semanas aletargadas y primeros tests


Qué extraño inicio de temporada!!!!.... Bueno, dejadme cambiar el adjetivo “extraño” por “original”, que otorga una visión mucho más optimista a la frase.

Es curioso como uno tiene que buscarse alternativas para poder sumar algún que otro kilómetro de entrenamiento sin perjudicar a las otras áreas importantes de la vida, como pueden ser el santo matrimonio, poder estar con tu recién estrenada hija o cumplir con el mísero trabajo remunerado….

Meterse en la piscina a las 6:30 para nadar un par de miles de metros, utilizar la bici para ir a trabajar estirando el regreso a casa un poquito todavía vestido con camisa y pantalones de “señor mayor” o improvisar 40’ de carrera a pie a las 22h con el frontal son algunos de los ejercicios de funambulismo que estoy aprendiendo a integrar en mi día a día. Pero debo reconocer que le estoy cogiendo el gustillo…. Aun le da un valor añadido al esfuerzo que debemos hacer los sufridos triatletas populares para mantener nuestra maltrecha forma.

No es cierto que un hijo te cambie radicalmente la vida (casos habrá), creo que sería más justo decir que te modifica los hábitos… y esta apreciación, como cantaba Alejandro Sanz……. no es lo mismo.

Feliz durante estas primeras seis semanas de mi personal temporada, he ido ejercitándome en las 3 disciplinas con mejores o peores sensaciones, dependiendo del día y observando mi diario de entrenos (una cutre hoja de Excel que se ha mantenido con el mismo formato desde que la inicié allá por el 2002) me doy cuenta que empiezo la temporada con un pequeño incremento de nivel respecto a como la empezaba el Octubre pasado.

Nadando cada vez lo paso mejor. Me falta fuerza todavía pero sigo progresando en el complicado proceso de “lectura” de esa sustancia tan común en nuestra vida, formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, pero a través de cual tanto cuesta moverse con facilidad. Dichosos los que empezaron a nadar siendo niños… no sabéis cómo os envidiamos!!!.

Creo que sobre la bicicleta es donde mejor me encuentro y, siempre hablando de distancias cortitas, veo que no he perdido demasiado nivel con respecto a otros compañeros que se encuentran en plena fase competitiva.
Me estoy dedicando a sumar salidas en btt y debo reconocer que me divierto mucho más de lo que lo hacía años atrás aunque no creo que llegue nunca a quitarme el miedo irracional en los descensos. De todas formas, alguna que otra caída sin consecuencias remarcables están ayudando a que vaya cogiendo confianza y perdiendo el miedo al dolor físico… Está claro que la naturaleza es sabia e hizo de mi un ser sin matriz para que no tuviese jamás que pasar por el proceso de parir.

Otro factor que también está ayudando mucho a mi integración dentro del sector betetero, es el hecho de cabalgar sobre una bici en condiciones. Gracias al amigo Quique que muy generosamente me ha ofrecido su segunda montura, una pequeña y ligera gacela montada con XTR en su totalidad…. Hombre! Es otro mundo!.

Ahora bien, como cada temporada me ocurre, no hay forma de disfrutar los primeros compases de la temporada cuando me calzo las zapatillas de correr…. Malditos quilos de más!!!!.

Todavía tengo grabadas en mi subconsciente las fantásticas sensaciones de flotar liviano durante los entrenos de carrera a pie llegando a correr con cierta facilidad a ritmos cercanos a 3’30’’/km….. madre mía! Como me cuesta acabar los rodajes ahora por debajo de 5’!!!... Qué coño, como me cuesta acabar los rodajes!!!.

En fin, paciencia en ese sentido es la medicina que toca tomar… y a seguir sumando rodajes aeróbicos, caminatas por la montaña, etc, etc, etc….. todo llegará. Ahora es tiempo de generar una buena base.

Como todo inicio de temporada que se precie, han caído los divertidos tests de campo donde poder tomar una primera referencia sobre el progreso de la temporada.

Como siempre, en natación 800 metros en piscina de 25m, en bicicleta la subida al puerto de Estenalles desde Matadepera y en la carrera a pie, test de 3000m en pista.

Los resultados y sensaciones confirman lo que antes exponía:

Natación: 11’53 sin extenuarme.
Ciclismo: 29’25’’ rozando la pájara, no daba para más.
Carrera: 11’15’’… el peor tiempo de mi historia (a 3’45’’/km)… Correr teniendo la sensación de ir a tope y pensar que el garmin se ha roto, es una sensación jodida ;).

Por ahora poca cosa más que añadir… intentaré incrementar un poco los entrenos a pie y a cuidar la alimentación para perder algún kilillo y a seguir tomando cucharadas de paciencia.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Cursa Festa Major Terrassa, Duatlon popular Canovelles y el trofeo más bonito que podía haber ganado….




Pues empezando por el final, cómo no podía ser de otra forma, el nacimiento de Amaia ha sido sin lugar a dudas la mejor y más importante noticia de mi vida así que me tomado la licencia de desconectar durante un tiempo de mis quehaceres deportivos, incluido el presente blog… espero se me disculpe por ello.

En vistas que la niña empezaba a tener un tamaño considerable al tiempo que escaso interés en conocer este nuevo mundo, quedo programado el nacimiento de Amaia para el día 12 de Julio, sin prisas, sin sufrimientos y sin grandes preocupaciones.

Y así fue como, tras algo menos de una horita, me encontraba yo todavía incrédulo en un pasillo escuchando el llanto de la que se ha convertido en la persona más importante de nuestras vidas. Tras un rato que se me antoja bastante largo, me acercan en una canasta de metacrilato a una preciosa niña con mucho pelo, 4Kgs de peso y 51,5cm de estatura…. Esta es mi hija! Buf!!! Qué momento!.

Sandra la ve durante un breve periodo instante antes de que se la llevan al postoperatorio para que se recupere. Yo, mientras tanto, me dirijo a la habitación con Amaia y me paso más de una hora de silencio y paz absolutos con mi hija apoyada en mi pecho y rodeada por mis brazos hasta que llega Sandra para hacer hueco en su seno a un premio bien merecido.

De aquel día ya ha pasado un mes y medio y no hace falta explicar que estamos encantados: Sandra se ha recuperado fantásticamente y Amaia es una delicia que se porta de maravilla y que crece de acuerdo a la genética de su madre. Desde el sexto día estamos saliendo con ella y se adapta fantásticamente a nuestra vida que, aunque ciertamente ha cambiado en algunos sentidos, no ha sufrido una completa transformación.

De todas formas, como no es mi intención alejarme demasiado del tema deportivo en el blog, haré un breve resumen de lo acaecido en las semanas previas al nacimiento de Amaia y lo que ha de venir en los meses próximos.

Tras el Extrememan de Salou el único objetivo era el de intentar mantener la forma lo mejor posible para no sumar demasiados meses de “dejadez” a la espera de que Amaia hiciera acto de presencia.

Así pues me dedique a salir a entrenar en función de lo que me viniera en gana comprobando que la forma que había adquirido para Salou era fenomenal: Si un día salía a Sant Llorenç en bici y me animaba, era capaz de acabar a una media de 33Km/h la ruta. Otro día subía a Estenalles aumentando progresivamente el ritmo y alcanzaba la cima en 28 minutos escasos. En el agua seguía teniendo unas sensaciones geniales agarrando agua y en la carrera a pie algunas series desganado me salían cerca de 3’30… magnífico!.

Aproveché mis últimos días como “pre-padre” para apuntarme a un par de competiciones: la Cursa de Festa Major de Terrassa y una Duatlón superpopular en Canovelles que me sugirió Carlos.

Cursa Festa Major Terrassa 2011:

A la Cursa de Festa Major me hacía ilusión ir pues es la de casa, lo llevo haciendo durante muchos años y no son demasiados kilómetros. Además es siempre muy agradable encontrarse a tantísima gente conocida, ya sea vistiendo pantalones cortos o animando desde las aceras.

Con ganas de correr rápido pero sin ganas de sufrir me presenté en la línea de meta sin apenas calentamiento y coincidiendo con un montón de amigos: David García, Jordi Ureña, Jordi Romero, Xavi Gonzalo… y ya posicionados cerca de la élite a los más rápidos a estas alturas de temporada, Manel Casoni y la bala Carlos Restoy.

Salida de manicomio y todos desbocados camino del Portal de Sant Roc donde he llegado a una media de 3’25 y puedo ver unos metros ante mí a lo mejor de lo mejor, entre ello va Jaume Leiva, a un nivel años luz del resto… qué bárbaro.

Veo también a Carlos y a Manel bastante cerca de la cabeza y yo me dedico a mantener un ritmo un punto por encima de mi intención inicial aprovechando la nada desdeñable estela de las dos primeras féminas, Meritxell Calduch e Inna Lebedieva.

Con ellas llego a la mitad del recorrido donde los continuos sube-baja van haciendo mella en mi ritmo y mis energías van reduciéndose notablemente.

La subida al monumento de la Dona Treballadora se me hace especialmente duro y el ritmo sube hasta acercarse a 4’30’’ en el tramo final…. Aaarggggg!!!! Que sufrimiento mientras Txell e Inna se han ido alejando de mi a una velocidad relativa considerable.

Bocanadas de oxígeno al entrar en la Avinguda Jaume I y nuevamente a sufrir el último tramo de la avenida, en ligero ascenso. Por un momento se me pasa por la cabeza ponerme a caminar y dejar de sufrir sin habérmelo propuesto previamente… ¿a quién se le ocurre salir tan fuerte al principio?... pero, pienso para mis adentros, para lo que queda en el convento….

Voy saludando como puedo a conocidos que animan sin cesar deseando encarar la última recta donde está el arco de meta.

Dios! No recordaba que la Rambla fuera tan larga…. Pero si se me está haciendo eterno el último tramo también!!!!.

Por fin cruzo la llegada con mayor sufrimiento del que pretendía pasar hoy e intentado tomar aire veo a Manel y a Carlos que han llegado respectivamente con 1’ y 40’’ de antelación.

Yo lo he hecho en 30’45’’ y en posición 36 lo cual está fantásticamente bien considerando el nivel de los corredores que hay aquí. En mi Garmin me han salido 8,4Km.

Sería imposible nombrar a todos los compañeros, conocidos y amigos que van llegando y saludando. Sin duda, esta es una carrera especial para pasar un buen rato charlando con todos y cada uno de ellos pero hoy, para variar, toca salir a cenar unas tapas y ya hace rato me esperan en casa.

Duatló popular Canovelles:

Una curiosa carrera la que el Club Atletic Canovelles organizó el pasado 8 de Julio en la localidad adyacente a Granollers.

Se trata de la tercera edición de una duatlón popular que consta de 6,7Km a pie + 13Km en btt + 2,4Km a pie.

Lo más curioso del caso es que la duatlón se celebra un viernes por la tarde y si no fuera porque Carlos la vio surfeando por la red, jamás hubiera conocido su existencia.

Era mi última oportunidad de “competir” antes de que naciera Amaia (ese mismo fin de semana no había ninguna carrera sugerente) así que, ni corto ni perezoso, me dirigí con mi hierro hacia Canovelles al salir del trabajo.

Tan pronto llego a la zona donde se ha montado la carrera me doy cuenta del ambiente popular de la duatlón: los boxes no existen, se trata de un conjunto de vallas metálicas donde el personal va apoyando las bicicletas que, por cierto, no tienen mucho que envidiar a mi vieja Mondraker.

En esos momentos se está disputando la carrera para féminas y chavales, que se realiza al mismo tiempo en un circuito de cross a la vista del público, miembros del Club de Atletismo Canovelles, la gran mayoría.

Intento localizar algún responsable para pagar los 5€ que cuesta la participación y deambulo de aquí para allá hasta que encuentro a Jordi Martos, cara visible de la organización y un magnífico corredor (si no me equivoco 33’ en 10km y 1h15 en media). El chico lleva una caja metálica para ir cobrando las inscripciones y no puedo evitar esbozar una sonrisa por lo familiar del evento.

Hoy he preferido vestir con mallas y una camiseta de ciclismo. Creo que si la carrera es realmente popular, ponerse el mono de triatlón queda un tanto cutre aunque alguno que otro lo llevaba puesto.

Ya pasa media hora del horario previsto y empieza a ser demasiado tarde, Sandra está sola en casa con un panzón de escándalo y existe la pequeña posibilidad que pueda ponerse de parto en cualquier momento (aunque según el ginecólogo es una cosa bastante improbable).

Justo en el momento que me estoy planteando agarrar la bicicleta y volverme para casa nos llaman a la salida.

Somos poquísimos para correr la carrera, exactamente veinticinco personas. Veo que la mayoría son corredores de atletismo aunque también algún mono del Vic, del Sabadell y del VO2.

En el briefing nos explican el circuito y nos advierten de un par de zonas peligrosas en el sector de ciclismo donde habrá que prestar atención.

Me sorprende ver la seriedad con que algunos afrontan los momentos previos a la carrera, como si se tratara del objetivo principal de la temporada... quizás así fuera.

Con un chillido se da la salida y el grupo sale en tropel para iniciar el primer tramo de carrera a pie. El primer kilómetro se realiza en una zona plana y el ritmo que llevan los primeros está por encima del que yo puedo llevar…. Paso el primer kilómetro en 3’32 y todavía queda algo menos de 6kms por recorrer… debo buscar mi ritmo rápidamente, sobre todo teniendo en cuenta que ahora empieza el terreno de ascenso.

Hasta el kilómetro 4 voy situado el cuarto aunque en ese momento me pasa el que acabará siendo el ganador de la carrera, un enorme jovencito con mono del Gavà mientras los que nos preceden ya nos sacan un buen trecho y se divisan cada vez más lejanos.

Llego al km 5 todavía a media cercana a 3’40’’ y es en ese momento cuando empieza la zona más “técnica” del circuito, que también deberemos hacer con la bicicleta, con alguna rampa dura y el paso por una pequeña riera seca… un área bonita, pienso.

Por fin entro de nuevo en el circuito circular que dará paso a la transición mientras el público asistente aplaude a los corredores locales que han llegado ya a boxes.

Un minuto me separa de los 3 primeros y medio minuto del cuarto. A ver cómo se me da el parcial ciclista.

Agarro el móvil, que previamente había dejado en el interior de una de las zapatillas de ciclismo y compruebo que no hay novedades en cuanto a Amaia. Me meto el móvil en el bolsillo trasero del maillot y salgo a dar pedales a tope.

Los primeros kilómetros del circuito no son nada técnicos y permiten darle caña al plato así que aprovecho para sacarle partido a tantas horas preparando Salou y alcanzo rápidamente al cuarto clasificado, pasando yo a ocupar dicha posición.

En la zona del polígono, una larga recta asfaltada en la que incluso me acoplo, veo al segundo caminando… ha pinchado. Mala suerte pero forma parte del juego!. Ahora soy el tercero.

He completado ya la primera vuelta, de unos 7 kilómetros, y ya tengo a tiro al segundo clasificado al que veo que alcanzaré sin problemas.

Efectivamente, sobre el kilómetro 9 ya lo paso.

La estampa deja clara que se trata de un corredor…. Sillín bastante bajo y pedales con catadióptricos que le acaban de dar a la competición el aire popular que antes mencionaba.

Puesto que es el que mejor parcial ha hecho en la carrera a pie, calculo que debo llegar a la transición con al menos 40” de ventaja para poder garantizar la segunda posición de la carrera así que aprieto un punto más y me lanzo a pedalear con fuerzas.

Recta asfaltada del polígono y vuelvo a acoplarme mientras tiro de todo el desarrollo, me giro antes de volver a la pista y ya casi no puedo ver al tercer clasificado. Creo que ya le puedo llevar los 40” necesarios y todavía queda la zona de subida y la parte más técnica así que veo bastante factible la segunda plaza.

Salto para sortear el bordillo que separa la calzada de la pista de tierra…… pero PUFFFFFFFFFFFFF!!!!, el lerdito del Ismael ha calculado mal y la rueda trasera ha acabado pellizcando el bordillo con el consecuente pinchazo.

En segundos la llanta ya está tocando el suelo.

- Aaaaarggggg!!!!. No me lo puedo creer!!!!.

Sigo subido en la bici pedaleando a una velocidad de pena e intentando controlar los derrapes de la zona trasera.

- Madre del amor hermoso!!! Y todavía me quedan 2kms para llegar a boxes!.

Decido continuar alternando tramos pedaleando con tramos a pie corriendo con la bici a mi lado no sin llevarme algún que otro susto cuando la bici se ladea repentinamente al perder tracción.

De esa forma llego a la zona de transición y, en ese preciso instante me vuelve a pasar el que hasta ahora ocupaba la tercera posición. El cuarto y quinto participante llegan unos segundos tras de mi a la transición así que tampoco me puedo dormir si quiero mantener la tercera posición.

Dejo la bici, me cambio las zapatillas y agarro el móvil en la mano para que no vaya dando saltos en el bolsillo.

Me dispongo a iniciar el segundo tramo a pie cuando una rampa en el gemelo izquierdo me obliga a parar y estirar hasta que regresa a su posición. Dando saltitos inicio la marcha y, tras algunos metros ya estoy corriendo a buen ritmo sin problemas.

Controlo los que van detrás de mí ya que al que me precede no le voy a dar alcance. Por suerte el ritmo de los que van por detrás no es mejor que el mío así que me mantengo a ritmo cómodo sin forzar más de la cuenta para mantener la tercera posición hasta cruzar la línea de meta.

Llamo a Sandra para comprobar que no hay novedades y darle la buena noticia. Con ilusión subo al podio a coger mi trofeo y más feliz que un ocho regreso a casa con mi bici pinchada en la parte trasera del coche.


Cuatro días más tarde, nacía Amaia y aprovechaba para tomarme algo más de una semana de descanso absoluto y cuatro semanas más de descanso casi absoluto con alguna sesión anecdótica de cada disciplina y mucha hidratación de la buena:

Ahora, y con unos 5 Kgs extra situados estratégicamente en mis lorzas y estómago, he iniciado los entrenos nuevamente.

Son entrenos muy suaves a ritmo aeróbico para ir recuperando un poco la forma y las sensaciones y volver a adaptar mi estructura a la carga.

Este año todo va a depender de cómo me lo pueda combinar con Sandra así que no puedo planificar con demasiado detalle la temporada. Creo que haré hasta Noviembre una buena base aeróbica y empezaré a participar en duatlones de montaña para usarlas como entrenos de chispa. Si hago las cosas bien, estaré mejor que el año pasado para cuando se inicien los triatlones y, si puedo hacer algún entreno más largo, me apuntaré a Zarautz o a Getxo (Medio Ironman). Por el contrario, si por horarios sólo me puedo dedicar a hacer 4 ó 5 sesiones cortas por semana, pues intentaré divertirme con las distancias cortas… aunque a medida que me acerco a los 40 cada vez cuesta más unir las palabras “cortas” y “diversión”.

En fin, que volvemos a la normalidad… seguiremos informando.

viernes, 17 de junio de 2011

EXTREMEMAN SALOU. La felicidad a 226kms.




Que un Ironman es algo especial, no tenía ningún tipo de dudas desde que completé mi primera carrera de estas características el año pasado en Niza. Desde entonces, puedo afirmar que la bacteria de la larga distancia me contaminó y espero no encontrar una solución inmunológica al problema.

Pero el pasado domingo, en Salou, pude confirmar nuevamente lo arriba expuesto. El ironman es diferente, algo que te marca y una de las mejores maneras para experimentar diversos tipos de emoción que, de otro modo, serían complicados de sentir.

Son muchas las imágenes que me aparecen en mi memoria, en forma de flashes intermitentes: un montón de personas vestidas con traje de neopreno en la orilla de una playa bajo la semi-oscuridad del todavía perezoso amanecer, caras mezcla de temor y nervios unos instantes antes de tomar la salida, el público emerger en el momento en que ladeo la cabeza para coger aire mientras nado en busca de una boya amarilla que se me antoja lejana, carreteras imposibles que me hacen estremecer al tiempo que reír pedaleando sobre mi magnífica bicicleta, una pareja de abuelitos gritándonos que somos héroes mientras les saludo como puedo pensando en llegar al próximo avituallamiento, profesionales sufriendo la maratón como cualquiera de nosotros lo hace y demostrando que la camiseta de “finisher” hay que ganársela con el cuerpo y con la cabeza, compañeros del club pálidos por el esfuerzo durante la maratón…… demasiado complicado tratar de explicar el aluvión de sensaciones que uno vive en un momento de tu vida como este.

Lo mejor del Ironman es que cada uno de los que cruza la meta, sea en el tiempo que sea, es un ganador y así te lo hace sentir el público de forma sincera.

Diría aún más, todo aquel que se planta a las 6 de la mañana en la salida de un IM, es un ganador porque, al fin y al cabo, lo más duro estriba en toda la actividad que uno debe realizar desde que se plantea seriamente participar en la carrera hasta que está pisando la arena de la playa el día D… largos entrenos en soledad, levantarse a horas intempestivas, las extrañas prioridades que llegamos a darle a dichos entrenos por delante incluso de trabajo, familia, compromisos sociales, etc… la mayoría sabe a qué me refiero.

Ahora bien, todo aquel que además cumple el objetivo fijado para ese día, no sólo es un ganador, sino que entra en un estado metafísico de felicidad que suele acompañarnos durante un buen tiempo.

Los objetivos que uno se puede marcar en esta carrera abarcan todo un abanico de posibilidades: cruzar la meta dentro del límite de tiempo que nos ha dado la organización, lograr bajar de 14horas o quedar el primero…. da lo mismo. Superar ese objetivo es lo que nos debe dar las energías para superar los momentos duros que aparecen durante esas horas.

En mi caso, el objetivo era estar entre los 25 primeros. A priori me parecía un objetivo complicado pero realizable (si no es así, uno está destinado al fracaso y a la desmotivación). Teniendo en cuenta el número de participantes, el nivel general, mi experiencia del año pasado en Niza y los B’s realizados, las fantásticas sensaciones durante estos meses de entrenamiento… todo ello me hacían pensar que podía acceder a esta posición. De hecho, lejos de esconderme, lo había comentado a quién me preguntaba… Si uno cree que lo puede conseguir, tiene mucho ganado para hacerlo.

Así pues, a Salou llegaba en un estado óptimo. Los meses previos me habían sorprendido gratamente y era capaz de nadar, pedalear y correr como nunca. No sólo había conseguido un buen ritmo para las tiradas largas, sino que en distancias cortas también he sido capaz de ir más rápido que años atrás…. Qué curioso y que raro!!!. Por otro lado, gracias a más de una pájara en las tiradas largas a pie, mi cabeza se había preparado para afrontar cualquier desviación respecto a mi “ideal “ de carrera aunque, por encima de todo, el mensaje interno era disfrutar del mejor estado de forma en el que estado en mi vida.

Con esto, mi motivación estaba a tope. Además, tal y como me pasó en Niza, llegué lamentándome que acabaran los entrenos largos, señal de que tenía buenas energías acumuladas todavía. Sólo faltaba hacer una buena recuperación y que el día de la carrera nada se torciera: fuerzas, estómago, temperatura, climatología, músculos… buffff…. Demasiados factores…. Pero todo iba a salir bien.

5am y llevo ya un rato despierto. Me levanto para comer el primero de los dos sándwiches que preparé hace unas horas. Miro el segundo pero la mezcla de sueño y nervios me fuerza a meterlo en la bolsa de calle, la llamada “Street bag” donde llevo el resto de comida y bebida para la bicicleta.

Salimos Sandra y yo del hotel, todavía con noche cerrada y me adelanto para llegar a boxes con cierta impaciencia por dejar preparados los últimos detalles. Allí reviso las bolsas que dejé anoche y voy hablando en voz alta: “las zapatillas están en su sitio”, “cuánto tardará en coger satélites el Garmin?”, “estos calcetines son horrorosos”, …. lo típico.

Me dirijo a la bici todavía dubitativo acerca de qué alimentos voy a llevar. Allí está alex dándole presión a las Cosmic y le pido unas gomas para sujetar las zapatillas que, obviamente, no tiene. Deambulo de aquí para allá en busca de dos gomas de pollo y veo que nadie tiene las zapatillas colocadas en los pedales… ahí os pillo unos segundos, jajaja. Por fin, un grupillo de Andaluces me dejan un par de gomas y vuelvo a mi flaca donde sujeto las zapatillas convenientemente.

Todavía tengo dudas sobre qué alimento llevar y decido coger 2 sándwiches de jamón dulce y dos barritas…. En cuanto a bebida, un bote de 700 y uno de 500 a medias. No es demasiado pero, teniendo en cuenta que hay avituallamientos cada 30kms, no debería ser un problema. Además, estos meses me he dedicado a entrenar con poca agua, poca comida y sin probar un gel con la idea de evitar los “apretujones” debidos a mega-mezclas químicas. Seguramente no es lo más aconsejable pero el año pasado estuve al límite de la autodefecada…. Y este año tengo algo más de dignidad, por eso de la edad.

Con el neopreno ya en la cintura, foto de rigor con algunos de los compañeros y encaramos la pasarela. De nuevo me viene la frase que repetía en Niza: -“al matadero”.

Alex y yo nos colocamos en segunda línea y junto a mi está Pau Zamora al cual deseo suerte mientras nos explican el recorrido a seguir: -todas las boyas se dejan a la derecha, excepto la última que es a la izquierda-, repite la speaker en varios idiomas.

El mar está todavía dormido y el sol ya ha empezado a sacar la frente… este es un gran momento para ser conscientes de los que no queda por delante.

Casi al mismo tiempo que me coloco las gafas suena la sirena que indica el inicio de la prueba y corremos durante un rato hasta que conseguimos alcanzar suficiente altura de agua como para poder dar brazadas. Los primeros metros sólo se diferencian de una olímpica en el hecho de que están limpios de golpes. Por lo demás, ritmo exigente y controlando los espacios para no dar ni recibir.

Pasada la primera boya, rápido movimiento de cabeza para orientarme y nado fuerte avanzando metros a buen ritmo, sin reservar. Alcanzo la siguiente boya en un abrir y cerrar de ojos respirando cada tres brazadas y comprobando que llevo a mi izquierda a Alexandra Louison en todo momento, cosa que me anima sobremanera.

Casi sin enterarme, han pasado los primeros 1500metros y ya estoy poniéndome en pie para encarar los 50 metros de orilla y lanzarme nuevamente al agua. Busco con la mirada caras conocidas y capto la cara vociferante de Jordi Elias, animando a pulmón. Le choco la mano y corro durante un buen rato sobre el agua hasta que nuevamente hay profundidad para ponerme a nadar.

El subidón de pulsaciones me ha dejado hecho polvo y en el trayecto hasta la primera boya tengo que bajar el ritmo, de nado y cardiaco, hasta que la mezcla oxígeno-gasolina vuelve a ser la correcta y doy gas a los brazos sin cortarme.

Busco pies, un ratito los de un compañero, otro ratito los de otro, para hacer el recorrido más largo entre boyas que hay en el circuito. Ya no veo a Alexandra pero si reconozco a algún triatleta del Sabadell, Dani, que estuvo con nosotros en la half pirata organizada por Elias.

Con el sol ya totalmente asomado, la visibilidad ha aumentado notablemente y con ello la consciencia de las medusas…. - La leche! Medusas como pelotas de baloncesto! Son enormes!. Son varias las que veo “flotando” a una distancia prudencial bajo nuestros cuerpo y no puedo evitar una de ellas, que toca mi mano derecha. Pego un gritito un tanto moñón cuyas ondas, por suerte, quedan amortiguadas por el agua. Parece que sólo noto un leve picorcillo sin importancia y empiezo a desear llegar a boxes.

Pienso en lo diferente que me he tomado el sector de natación respecto al año pasado en Niza. Allí se trataba de sobrevivir a los 3800m, a ritmo suave e incluso parando para ver todo lo que me rodeaba. En esta ocasión estoy compitiendo la carrera, intentando arañar segundos al reloj… ¿quién me lo hubiera dicho hace un año?.

Ya alcanzo la orilla y, por lo tanto, el final del sector. Encaro el pasillo de gente y consigo ver caras conocidas, la de Sandra entre ellas.

Tiempo de natación: 54’53’’…. La natación fue claramente corta. Yo diría que unos 300m, por lo tanto el ritmo aproximado fue de 1’34’’. Posición 21 (sin contar los que corrían en relevos).

En la carpa de transición, comentamos unos cuantos el tema de las medusas (Dani, entre ellos) y corro raudo a tomar mi montura.

Primeros kilómetros por Salou súper rápidos pero raros, las primeras pedaleadas tras el agua siempre me cuestan hasta coger el ritmo adecuado. Camino de Riudoms , mucho tramo acoplado y bastante más rápido de lo que había ido en nuestra half pirata. Por momentos pienso que demasiado rápido teniendo en cuenta que el circuito de bici lo han pintado en varios foros y blogs como realmente duro.

La idea es dividir el circuito en 2: primeros 90kms sin darle mucha importancia y concentrado en llegar bien a los segundos 90kms manteniendo la cabeza fuerte en el tramo del 115 al 145 donde se ubican los toboganes constante con algunas rampas duras.

Antes de la Mussara he pasado con facilidad a algunos triatletas que salieron antes que yo del agua, lo cual me hace seguir pensando que voy demasiado fuerte. Lógicamente, algunos me pasan a mí, dejando el balance sensiblemente posicionado a mi favor.

Pasado Riudoms me rebasa Pau Zamora al cual intento mantener el ritmo a una cierta distancia… en unos primeros momentos se me antoja asequible pero tras 400m me doy cuenta que si sigo a ese ritmo unos kilómetros implosionaré sin remedio así que “le dejo ir”, jejeje.

La Mussara, el primero de los puertos del día, lo paso sin nada que destacar. El ascenso es el terreno que más me gusta y mi dudosa constitución y peso me permiten subir sin malgastar demasiadas energías. Al llegar al punto más elevado y ya en terreno llano, decido levantar el pie un poco y recuperar de estos primeros 40kms en los que me he desgastado más de lo que debiera.

De repente unos extraños alaridos se escuchan tras de mí:

- Joder! ¿Qué pasa?- Pienso para mis adentros sin osar a girarme mientras trato de imaginar qué carajo puede la fuente emisora de tal escándalo.

Poco a poco los gritos se van haciendo más sonoros hasta darme cuenta que son Carlos y Sergio que se me acercan en la moto del primero de ellos.

Siendo fieles a nuestra clasificación dentro del género masculino, intercambiamos una serie de sonidos guturales sin ningún tipo de significado fonético pero que a los hombres nos sirve para comunicarnos eficazmente. Ya sabéis: "EEEEEHHHHH!!!, ARRRRRRHGGGGG”, YYYYIIIIEEEEEEEE”, y otros de este estilo.

Enseguida saltamos unos cuantos pasos en la escala evolutiva de Darwin, hasta el momento en que el humano consiguió crear un código de comunicación mediante palabras y ya empezamos a generar frases:

- Hoy te sales!!!!, grita Sergio.

- Hombre! Os esperaba en la Mussara!, voy un tanto cascado y tengo que recuperar en la bajada.

- Recupera tranquilo que vas muy bien!, comenta Carlos mientras me canta referencias con algunos conocidos, cuyos nombres prefiero obviar, jejeje.

Finalmente se alejan para evitar el toque de algún juez y sigo sumando kilómetros acoplado intentando mantener un buen equilibrio entre fuerza y cadencia.

Con bastante solvencia alcanzo el km90 donde empieza la segunda fase del sector ciclista. A estas alturas, hace mucho tiempo que no veo a ningún ciclista, ni por delante ni por detrás y decido comer el primero de los bocadillitos de Bimbo que llevo. Agarro el bocadillo que llevo unido a la tija del sillín mediante cinta aislante (por desgracia no disponía de cinta de pintor así que tuve que improvisar esta mañana).

Al tirar del bocadillo observo con curiosidad cómo el límite elástico de la cinta aislante supera con creces el del bocadillo o, dicho de otra forma más clara, se me rompe el sándwich en varios pedazos al pegarle el tirón mientras trozos del mismo se quedan pegados a la tija junto a la cinta aislante…. Vamos, un asco!.

Y ahí estaba yo, pasando el segundo puerto importante del día y los continuos repechos que se suceden tras él, con los restos de comida colgando flácidamente bajo el sillín, concentrado en guardar fuerzas para la famosa rampa de Gratallops pero todavía bien de fuerzas y de ganas.

Antes del puerto, unas terribles ganas de mengitar se apoderan de mí. Casualmente, unas de las importantes conversaciones que mantuvimos el día anterior con los compañeros del Terrassa trataba sobre cómo mear en carrera, y en un par de ocasiones trato de emular a Perico Delgado ladeando el cuerpo, con la malla a media asta y disociando mente entre calzada y arcén…. Pero es imposible! Tratar de concentrarme en no acabar empapado y no acabar estrellado contra una valla es demasiado trabajo cognitivo para mí así que, a la tercera, decido parar a evacuar cómodamente. Como soy muy freaky hasta compruebo el tiempo perdido con el reloj, jajaja…. Un minuto escaso… está bien para lo que llevaba dentro!.

En estos solitarios momentos de carrera uno trata de buscar recursos para engañar el coco. Unas veces tiro de mi biblioteca de canciones, otra veces intento cazar a algún compañero que se divisa en la lejanía y en otras ocasiones simplemente dejo la mente en blanco. Esto último se me da bastante bien, según mi mujer, jejeje.

Una moto de Mossos se me acerca, se coloca al lado y me comenta:

- Vais rápidos, eh!

- Bueno, ya lo pagaremos.

- Pero vais muy adelantados respecto al horario previsto -, me comenta.

- No lo sé, los primeros estaba previsto que hicieran el recorrido en 5h30-, le respondo sin prestar demasiada atención a la conversación.

- Tampoco te creas que los primeros van muy lejos. – comenta el amable señor policía.

Esta frase me activa, mira tú que tontería, y me inyecta energía nuevamente justo en el momento que en un descenso, enlazando un par de curvas, se deja entrever una magnífica e impresionante carretera serpenteante que parece elevarse hacia el cielo.

Irremediablemente me entra la risa y me digo a mí mismo: -Bien! Esto es lo que te gusta: subir y sufrir!... pues te vas a hartar.

Similar a nuestra V, la carretera cambia de desnivel negativo a positivo en pocos metros y la palanca del freno derecho se estremece bajo la presión constante de la mano buscando desesperadamente el piñón más grande, en mi caso un 25.

Esto sube de veras, veo el 12 Km/h congelado en el cuentaquilómetros mientras pongo la carne en el asador para mover el 39x25 sin dar eses. Veo unos molinos lejísimos y creo recordar la frase de Jose Manuel “cuando veas unos molinos, piensa que tienes que llegar a ellos”. Como por arte de magia, bloqueo el pensamiento y me convenzo a mí mismo que jamás escuché esa frase. Sigo concentrado en avanzar al tiempo que me acerco a uno de los triatletas de relevos que me adelantó justo al iniciar el minipuerto. Ya veo el final del sufrimiento y anulo la idea de dar eses o bajar al tercer plato gracias a los ánimos de cuatro aficionados que hay animando en el punto más alto del ascenso.

Por fin la carretera se pone hacia abajo y, sin dar un solo pedal, busco oxígeno ansiosamente para recuperar mi maltrecha musculatura camino del tercer y último puerto “oficial” del circuito, es ascenso a Coll roig.

Sinceramente no recuerdo demasiado de ese puerto, una carretera de montaña preciosa y adelantar a un triatleta con cabra es lo poco que queda en mi archivo de memoria de ese tramo.

A partir de aquí, más de 30kms de llaneo acoplado con alguna pequeña crisis que pasó enseguida y con sensación de rodar fuerte, en general.

Ya estoy entrando en Salou. Vuelo por el carril de conos que han habilitado para nosotros y empiezo a pensar levemente en la maratón pero, sobre todo, en sentir el calor de los míos…. Llevo demasiadas horas conmigo mismo, y ya empiezo a estar agobiado de tratar con alguien tan loco.

Saco los pies y descabalgo sin prisas para encarar al trote el pasillo de boxes. Escucho multitud de gritos animándome y otro de esos flashes es el de Cristian corriendo a mi posición y preguntándome cómo estoy. Me ha explicado que la respuesta fue la de dedo pulgar arriba y un escueto “Bien” aunque en aquel momento veía imposible empezar a correr, estaba realmente muerto, agotado.

Tiempo de ciclismo: 6h13’33’’…. El sector fue de 184Km, por lo tanto la velocidad media fue de 29,5Km/h. Parcial 24 y llego en posición 21 (ni he ganado ni he perdido posiciones totales, fantástico!).

En menos de dos minutos dejo la bicicleta, entro en la zona de transición, me calzo las zapatillas, pienso que estoy hecho una mierda y estoy ya encarando el paseo con la gorra hacia atrás mientras me coloco el Garmin en la muñeca.

Paso por delante de toda mi gente, le choco la mano a Sandra y, con las alas que esto me da, floto en dirección al primer avituallamiento.

De repente, como tanto había deseado, el milagro se vuelve a producir y siento como si calzara unas piernas nuevas, como si no llevara más de 7horas de esfuerzo tras de mí y mi cuerpo se desliza a 4’15-4’20 con una facilidad que me fascina.

Llego al avituallamiento con un hambre voraz. Finalmente no he agarrado un solo gel ni una sola barita durante el sector de bici (¿habían barritas?) y 1,5 sándwiches + 2 barritas estaría en lo, digamos, límite de lo aconsejable. Este primer avituallamiento lo paso volando, agarrando la bebida y la comida al vuelo, tirándome un tercio por encima, otro tercio al suelo y con el tercer tercio ahogándome hasta ponerme rojo… mmmm… me encanta!!!.

Retomo el paseo en el carril bici, zona llana y vuelvo a notar la agradable sensación de correr cómodo mientras sigo viendo el 4’20 de ritmo en la pantalla del reloj… fantástico.

Como todo está en su sitio mantengo uno de mis planes para la carrera: aguantar el ritmo siempre dentro de una sensación aeróbica hasta que el propio circuito y los kilómetros me dejen y, una vez alcanzado ese momento, completar la maratón de la forma más positiva posible y sin derrumbarme.

El circuito, que ya había sufrido durante la half pirata, no es óptimo para hacer una gran maratón. No tiene grandes desniveles pero la zona alejada del paseo tiene un par de zonas que pican hacia arriba y son insufriblemente aburridas con lo cual hay que planteárselo con calma y paciencia. La organización, pensando en amenizar un tanto esta solitaria zona, ha colocado un compresor con un amplificador y una música que intenta ser un revulsivo para nosotros.

Lo cierto es que personalmente resultó de gran ayuda pues la música era tan horrorosa que cada paso por allí aceleraba el rimo para dejar de escucharla lo antes posible, jajajaja….. seriamente, otro buen detalle de la organización, como el de colocar pancartas con frases motivantes en la misma zona.

Creo que todos hemos coincidido en que la organización merece una nota cercana al 10 y vale la pena considerar el calendario Extrememan dentro de la temporada personal de cada uno.

Fácilmente pasan los primeros 10 kilómetros, en 43 y pico. Los segundos 10kilómetros todavía los paso holgado aunque el segundo paso por la zona de rotondas ya empieza a hacer mella.

Paso por la media maratón en algo cercano a 1h35 y, a partir de aquí, decido parar a comer y beber en cada avituallamiento. Lo necesito física y mentalmente. Es el momento de establecer metas intermedias, gestión que diría Jordi Romero. Así que el nuevo planteamiento (que pensaba retrasar unos kilómetros más) es correr los 2,5kms que separa cada avituallamiento, parar a repostar y continuar hasta el siguiente pit-stop.

Hasta este momento, sin tener muy claro la situación de la carrera, he avanzado a algún corredor y alguno me ha adelantado pero la mezcla de dorsales individuales-relevos sumado a que en el circuito ya se entremezclan corredores con distintas vueltas; hacen imposible saber en qué posición me encuentro.

Tengo claro que a Alexandra Louison la he llevado hasta el km20 por detrás a una distancia constante pero estoy seguro que no tardará en avanzarme cuando empiezo mi proceso de parada-arrancada.

Siguiendo este procedimiento paso del km20 al km30 a una media de 5’/km corriendo a ritmo de 4’45’’ entre avituallamientos y, efectivamente, Alexandra me adelanta con su mínimo cuerpecillo y su eficaz mini-zancada.

Me sorprende también ver la cara de sufrimiento al cruzarme con Olivier Marceau, que ya está encarando sus últimos 3Kms… va cabizbajo, con la mirada clavada un par de metros al frente y simplemente se deja llevar… brutal la dureza de la maratón.

Yo sigo a lo mío notando ya el dolor muscular que cada vez me fuerza a hacer paradas un poco más largas. A las paradas ya se le suman unos metros caminando al salir de avituallamiento pero, por suerte, cuando arranco a correr nuevamente y los músculos se desentumecen, sigo manteniendo el ritmo de 4’45’’… asombroso.

Paso por la zona de boxes, donde me parece escuchar multitudes animando, para encarar la cuarta y última vuelta.

Ya sé que lo tengo. Sólo falta experimentar cómo van a ser los últimos 10kms pero, no importa, tengo energías de sobra para la última batalla con las cansinas rotondas. En un momento dado, sin tener muy claro la zona exacta, adelanto un corredor que lleva escrito en la parte trasera del mono su apellido. Se trata de Doug Hall, uno de los pros que salían en el tríptico de la carrera.

El pobre va muerto y lo avanzo con mucha facilidad. Aun teniendo en cuenta las paradas que pueda hacer para beber, la diferencia en el rimo es muy grande y no tiene pinta que me vuelva a avanzar.

De todas formas, poco me anima las penurias de los demás. En estos momentos, todo se limita a un estado de concentración y deseos de finalizar, más allá de posiciones de carrera.

- Venga machote, que vas muy bien!!!

Es Carlos quien me anima corriendo en paralelo a mí.

Una gran ayuda tenerlo animándome los últimos 9kms de la maratón. Me ayuda tener a alguien con quien charlar ya que me distrae y difumina un tanto el sufrido paso de los últimos kilómetros.

A nivel de cardio, voy fantásticamente y con fuerzas de sobra. A nivel muscular estoy ya consumiendo los últimos reductos y las rampas en los cuádriceps amenazan con aparecer cada vez con más frecuencia.

Esto ya está, Carlos! Me quedan sólo 2kms…. Pero tengo que volver a caminar de nuevo mientras me rio de la situación…. Ja, ja, ja, ja, …. Manda “güevos”! A 1,5kms de meta y las piernas no me permiten seguir trotando!!!!.

Carlos no para de animarme y de recordarme que lo que voy a hacer va a ser un gran resultado, que camine lo que quiera… hoy ya he triunfado.

Miro el Garmin y veo que incluso caminando en lo que me queda hasta meta me plantaría en 3h25 de maratón…. Nuevamente brutal!.

El subidón de visualizar la meta tan cerca, imaginar la entrada que tanto he ensayado internamente y el olor a reto más que conseguido, me empujan nuevamente y vuelvo a correr a 4’30 sin un solo atisbo de dolor muscular…. La alegría ya me invade y no escondo mis gritos de alegría cuando encaro la última recta, los últimos 500 metros que saboreo a cada zancada.

Un bucle lleno de público sobre una alfombra amarilla es el pasillo de honor para los que hoy cruzamos el arco tras un montón de horas en el cuerpo y una multitud de kilómetros acumulados durante meses.

Un beso a Sandra seguido de otros tantos abrazos con los amigos que me expresan su sincera alegría y orgullo con sus miradas y sonrisas… un momento difícil de olvidar.

Y me dirijo corriendo a coronar mi premio personal de cruzar la meta mientras internamente hago una dedicatoria interna a unas cuantas personas: a Sandra por el aguante, a mi padre porque hoy otra vez está vivo y a una pareja de amigos que me han hecho un poco más feliz desde hace unas horas al saber que los nubarrones grises que afeaban su cielo se han ido a tomar por saco hace unos días.

Tiempo de maratón: 3h23’40’’…. A una media de 4’49’’.

El tiempo total de carrera fue de 10h36’14’’ y, un par de días más tarde, me doy cuenta que fui el 13 de la clasificación general y el 3º en mi grupo de edad (35-39 años). Por lo visto, me llamaron a podio para la entrega de trofeos pero, uno que no está demasiado acostumbrado a estas efemérides, estaba hinchándose a pasta en la zona de avituallamiento.

Me siento orgulloso por el resultado obtenido, no lo puedo ni lo quiero negar. Me plantee quedar entre los 25 primeros y lo he conseguido con creces, además de la increíble satisfacción que por sí sola supone cruzar la meta de una carrera tan dura.

Además, el hecho de llegar tan adelante, te da la increíble ventaja de poder ver la llegada del resto de compañeros…. Esto no tiene desperdicio pues los sentimientos afloran de una forma muy especial con cada uno de ellos… supongo que, con la adaptación, esto irá menguando. Por eso hay que aprovecharlo ahora y vivirlo a tope:

- Alex Frias… 11h10’57…. Puesto 27…. Como siempre delante, uno que no falla aunque se lo quiera impedir su rodilla. Plaza para Hawai en el futuro.

- Jose Manuel Rio… 12h20’11… Puesto 107… Carreron de Jose. Remontó en la maratón todo lo que no debía haber perdido en la bici donde no tuvo el día.

- David Guinart… 12h32’18… Puesto 128… Su primer Ironman y sufriéndolo hasta donde otros no hubieran podido aguantar. Una verdadera bestia. Feliz por él.

- Dani Charles… 12h48’00… Puesto 153… Otro que no falla jamás, cada vez mejorando aunque esta vez le vio las orejas al lobo. De todas formas, este es de los míos, de los que sigue la dieta brava-cerveza, imposible tumbarlo.

- Jordi Pardina… 13h02’33… Puesto 178… Mejorando su mejor marca en el IM más duro de los que ha hecho y gallina de piel con la dedicatoria a su suegro. Momento de lagrimeo a agradecer.

- Alex Pérez… 13h27’02… Puesto 215… Su 5º Ironman y todavía se manifiesta nervioso (creo que sin razón) cada vez que se planta en la salida. Mucho que aprender del gran Alex.

- Toni Miró… 13h33’20… Puesto 222… Especialmente duro se le ha hecho estrenarse en esta distancia y venciendo sus temores venció la distancia, como no podía ser de otro modo.

- Xavi aznal… 13h57’48… Puesto 249… La demostración de que los cojones (con perdón) están por encima de todo. A este experimentado finisher lo vi francamente mal pero, aun así, mejoró su mejor marca en IM.. like a rainbow in the dark!

Ya han pasado casi dos semanas desde la carrera y ahora sólo me dedico a hacer lo que me viene en gana intentando no perder demasiado la forma ni coger demasiado peso mientras esperamos que la señorita Amaia decida aparecer en este mundo liberando a Sandra de su “pesada” carga, jejeje.

El año próximo seguro que no compito ningún otro IM, si acaso algún Half, pero espero poder retomar en un par de años la actividad y quizás soñar con conseguir plaza para Hawai en 3-4 añitos… quién sabe… soñar es gratis (por ahora).