miércoles, 24 de octubre de 2012

Descanso, el “otro“ entrenamiento…. a menudo, muy a nuestro pesar



¿Cuántas veces hemos leído o escuchado cuán importante es alternar descanso con entrenamiento? No!, no hace falta dar un número exacto pues se trata de una pregunta retórica. Pero lo que sí es seguro es que esta afirmación forma parte del discurso deportivo de la mayoría de entrenadores o escritos especializados en la materia.


Durante las diversas fases en las que dividimos la temporada (hay multitud de alternativas dependiendo de los planteamientos personales), todo aquel que entrena con un carácter competitivo y con un cierto conocimiento acerca del funcionamiento fisiológico de nuestro cuerpo, debe incluir descansos tanto en las micro fases (diarias, semanales, etc…) como entre las fases propiamente dichas (volumen general, precompetitiva, competitiva, etc…).

Todos estos descansos, puestos en el sitio adecuado, crean el balance justo para que nuestro cuerpo asuma las cargas, se adapte a ellas y “progrese” debido a esta propia adaptación. Por otro lado, crear ese equilibrio entre esfuerzo y descanso es fundamental para evitar lesiones y sobre entrenamientos, tan tristemente comunes entre deportistas populares como nosotros.


En fin, todo esto ya lo sabemos y está muy bien… ¿pero qué pasa al finalizar la temporada?, ¿cuál sería la mejor fórmula para pasar de una temporada a la siguiente?.

Yo diría que tampoco existe un procedimiento fijo que funcione perfectamente para cada uno de nosotros. Dependiendo de cómo haya sido la temporada de dura, de nuestra capacidad personal de recuperación, de nuestra motivación a estas alturas de la temporada, etc, etc, etc, … podemos movernos en un abanico amplísimo que va desde no hacer nada de descanso hasta necesitar una regeneración total durante varias semanas. Entre esos extremos, nuevamente una multitud de alternativas a escoger…

En mi caso el periodo de transición suele durar unas cuatro semanas y aunque año tras año voy introduciendo pequeños cambios que creo que pueden minimizar los “efectos secundarios” de estas semanas de parón, siempre suele seguir los mismos parámetros: Tras la última competición realizo una semana con sólo 3 sesiones cortas (una de cada deporte), a continuación otra semana de tocamiento absoluto de bolsas porta-espermas (o sea que no doy ni un solo paso más del necesario para llegar de la cama al coche y del coche a la silla de la oficina), seguidamente vienen otras dos semanas similares a la primera, o sea, una sesión de cada deporte muy suave… y vas que te estrellas.

Hay algunos efectos que van intrínsecos al descanso y que, además, son los que se persiguen con esta regeneración: Cierta reducción de forma física, pérdida de masa muscular, incremento de peso (en forma de culo, barriga y michelines), atontamiento general de músculos, articulaciones, etc… Por otro lado, el reset mental sería el factor más relevante a nivel psicológico.

Normalmente consigo todos los efectos aunque algunos de ellos, a mi entender, escalados por encima de lo necesario.

Cada año regreso al entrenamiento con una pesadez brutal a la hora de ponerme a correr, es como si la gravedad que me empuja contra la tierra fuera de 30m/s2, en lugar de los 9,8m/s2 con la que nos machacaron en física durante nuestra faceta estudiantil. Ligado a esto me paso unos meses sufriendo molestias en soleos, tibias, rotulas, etc, etc, etc…

Y ahora que pienso, ¿es posible que esa pesadez a la que me refiero en el parágrafo anterior tenga una cierta relación con el hecho de que suelo engordar unos 4-5Kgs tras este descanso?... mmmmm… supongo que la respuesta sería afirmativa.

En fin, entre las variaciones y objetivos que he incluido este año al presente periodo de descanso están el incluir un poco de pateo por la montaña cada semana (excepto esa en la que paro del todo) y no pasarme demasiado con la comida. Creo que con ello mantendré la estructura muscular y ósea un tanto más resistente que antaño y el objetivo de no pasar de los 62 Kg (3 Kg por encima del peso en periodo competitivo) me tiene que ayudar a no tardar tanto en coger la forma corriendo.


Otro de los aspectos que me gusta introducir durante el inicio de la temporada es realizar entrenamientos que se escapen a los típicos que me tocará realizar una vez esté más metido en el tajo.


Algunas de las cosas “no – típicas” del resto de la temporada que estoy haciendo son las saliditas a respirar naturaleza. Tras adquirir unas zapatillas específicas de correr por montaña, en compañía de mi cuñado Marius, nos lanzamos a la conquista del Pedraforca desde Saldes y pasando por el refu de Lluis Estasen… Puesto que teníamos un tiempo reducido, las princesas esperaban en el cámping y las rodillas de Màrius no están para mucho trote, dimos media vuelta al llegar a la tartera.. pero una experiencia muy guapa que no tardaré en repetir.




A continuación, premio bien merecido de manos del artista culinario… mi cuñado, claro!



Haciendo alarde de alto dominio del diseño gráfico, mantengo su cara en el anonimato para evitar que las masas hambrientas le asalten por la calle...


Otra de las cosas nuevas que estoy haciendo es subir a cara perro desde Can Robert a la cima de la Mola, improvisando la subida por un sitio diferente cada semana. Buenas sesiones breves que me dejan las nalgas doloridas por un par de días.




En referencia a los pedales, como norma general, aparco la bici de carretera durante este periodo y me suelo dedicar a salir en btt pero este año he decidido que casi no sentaré el trasero en el sillín de la gorda. El año pasado el amigo Quique me prestó muy gentilmente una suya que he tenido durante un año así que me parece demasiado morro que siga aparcada en mi trastero para darle un uso tan precario. Por otro lado no le encuentro la gracia a la mtb, por mucho que lo intente.

He llegado a la conclusión de que tan sólo me siento cómodo por pistas sencillas así que, teniendo en cuenta que tampoco tengo presupuesto para invertir en una btt, he decidido montarme una bici hecha de retales que sea ligera y que me permita andar por carretera y por pistas sin demasiada piedra suelta… Estoy hallando algunas dificultades técnicas pero, si lo consigo, prometo fotos del engendro.


Algún que otro partidillo de futbol y alguna salida con los compañeros de piques sobre la bicis de broma, dan complemento a esta fase de retiro físico y espiritual.


Un calé paró al lado del bar para meterlas todas en la fregoneta

La semana semana ya regresé al plan de entrenamiento (más o menos) diario aunque, por diversos motivos, no he podido todavía regresar a la rutina… todavía hay mucho por delante y tiempo habrá para todo.


A destacar el viaje express que hicimos Sandra. Amaia y yo a Chamonix, para visitar a nuestros queridos Cindy, Carles y el pequeño Teo. Un lugar que no conocíamos y que nos pareció absolutamente impresionante… un pequeño paraíso rodeado de naturaleza en estado puro.



En escasos dos días nos dio tiempo de un poco de todo:

Visitar la ciudad:





Pasear por las llanuras, cual Heidi…:





“Festejar” con el futurible novio Franco-Alpino:




E incluso, poner orden en el avión de regreso…

Un viaje francamente recomendable que nos gustaría repetir con la llegada de las nieves. Los caminos por los que salimos Carles y yo a medio correr, medio caminar; cubiertos de nieve, deben ser acongojantes… No me extraña que Kilian Jornet tenga su residencia en Chamonix!.


Y con esto y un bizcocho….

1 comentario:

  1. No tengo palabras para definir tus progresos con el Photoshop, brutal la cara de tu cuñao!!! je je. Disfruta de la montaña compañero, es un lujo que no se paga con dinero.
    Salut a ti i tu familia

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